André Gomes y el miedo escénico de jugar de azulgrana

André Gomes llegó antaño a Barcelona con la etiqueta de ser un centrocampista físico, con mucho recorrido y personalidad. La realidad, por un motivo u otro, fue que no cumplió las expectativas y llegó a ser pitado por el Camp Nou. Luis Enrique le dio confianza, pero el luso no rindió al nivel esperado y fue perdiendo confianza. Un jugador irreconocible si miramos algún partido que había firmado con el Valencia.

Gomes no cree en sus habilidades, que las tiene, y tampoco tiene esa mentalidad necesaria para superar las adversidades. Tanto que Valverde no cuenta apenas con él. Está por detrás de casi todos los centrocampistas -solo por delante de Turan y de Rafinha, lesionado-. En este sentido es interesante ver cómo Paulinho sí ha sabido hacer frente a la presión que supone jugar en el Camp Nou.

El brasileño, a diferencia del portugués, llegó con muchas críticas por su elevado precio. Mucha gente se mofó de él y en apenas unos partidos ya está callando bocas a base de un rendimiento notable. No se le pide que brille con el balón en los pies sino que aporte fortaleza al centro del campo. Hasta ahora, impecable.

Gomes debe seguir su ejemplo. Aislarse de lo que digan fuera, creer en lo que él sabe hacer y dejarse la piel en el campo. Solo así podrá ganarse la confianza de Valverde y tener más minutos como azulgrana. Puede ser importante en la rotación.

Enero puede ser clave

Hay que ser realistas: si no hay un cambio radical es más que posible que Gomes no juegue hasta final de temporada en Barcelona. El club le buscará una salida en el mes de enero, ya sea en formato de cesión o traspaso. Todo parece indicar que será así según las últimas informaciones. Necesita foguearse o se perderá.