Guardiola se lleva la guerra de estilos de Manchester (1-2)

Este sábado se disputaba en Old Trafford más que un partido o derbi cualquiera de Manchester. Dos rivales, dos estilos antagónicos se volvía a enfrentar muchos años después de librar duras batallas en la Liga española con FC Barcelona y Real Madrid. En este caso, Pep Guardiola y José Mouinho defendían desde la banqueta de Manchester City y Manchester United sus formas de entender el balompié. Y al igual que solía pasar en España, ganó Guardiola.

Y lo hizo gracias a un primer tiempo de esos que hay que guardar en la retina y en el disco duro del ordenador para poder degustarlo siempre que plazca. Un auténtico baño fue el que le metió el City al United en esos primeros 45 minutos pero que Claudio Bravo se encargó de meterle algo de picante y emoción, fallando clamorosamente en una mala salida y dejando el balón franco para que Ibrahimovic anotase el uno a dos de los suyos cuando quedaba poco para acabar ese primer tiempo.

Antes que eso, el belga Kevin de Bruyne y el canterano Ihenacho habían puesto los primeros goles del encuentro. Primero fue Kolarov el que se coló po la autopista derecha para ceder en largo a Ihenacho, que pienaba y le dejaba el balón muerto a un De Bruyne que no fallaba ante De Gea. El toledano volvía a recibir otro duro golpe después de un trallazo del mismo Ihenacho, que se está convirtiendo en uno de los diamantes en bruto que tan bien sabe pulir Pep. 

Pero ese gusto por la pelota, la posesión y casi perfección futbolística vivida en la primera mitad dejó paso a un segundo tiempo más directo, vertiginoso y en el que los de casa tenían que salir descaradamente a por el partido. Lo hicieron adelantando líneas, evitando que los "citizens" tuvieran tiempo para pensar y llevando las ocasiones a la portería de Bravo. Entraron Rashford y Ander Herrera y las cosas cambiaron. El británico tuvo el empate pero le invalidaron su tanto porque su compañero Ibra estaba en claro fuera de juego en la jugada. Ante ese dominio de los "red devils" apareció Kevin De Bruyne para estallar un esférico en el poste del United, que tras esos poco más hizo.

Se acababa así el primer derbi de Manchester de la temporada. Un derbi con más alicientes que nunca y donde los astros, en esta ocasión, volvieron a sonreírle a Pep. Un Guardiola que se supo ganador de una batalla pero no de la guerra, esa se vendrá toda la temporada y apunta a ser mucho peor.