Valverde pone el esfuerzo, el Barça debe poner los fichajes

Tres victorias en tres partidos avalan la trayectoria de Ernesto Valverde en el FC Barcelona, no tanto por la seriedad de los compromisos -eran amistosos-, sino por las sensaciones dejadas sobre el terreno de juego y por la entidad de los rivales. Juventus, Manchester United y Real Madrid fueron cayendo uno a uno, dejando al Txingurri como el verdadero vencedor de los primeros días.

El recién llegado tiene una misión harto complicada, pues necesita devolver el éxito a una plantilla que lo ha ganado todo, aunque está plenamente convencido de sus capacidades. Su actitud ha convencido a los jugadores, que se han sacrificado en el césped durante los entrenamientos y los primeros encuentros del curso. Pero, pese a todo, no hay que confiarse.

La temporada es muy larga y el Barça ya ha acabado pagando el esfuerzo en campañas como la pasada, en la que demasiados tropiezos le acabaron costando, por ejemplo, una Liga. Los fichajes no acabaron de funcionar y la sintonía del equipo tampoco fue la mejor. Con los grandes adversarios europeos reforzándose mucho y bien, toca acudir al mercado, con la obligación de acertar y con la calma de que en el vestuario azulgrana ya existen unos buenos mimbres.

Una salida dolorosa

Si antes de su marcha ya se necesitaban refuerzos, la salida de Neymar ha dejado un agujero muy importante en el once del Barça. Esta temporada debe ser la de Paco Alcácer, Denis Suárez o André Gomes, que en su segundo año están obligados a cumplir, pero aun así no se puede depender sólo de la inspiración de Leo Messi, el olfato de Luis Suárez, o la motivación de Gerard Deulofeu.

Sí es cierto que a Ernesto Valverde le gusta trabajar con plantillas cortas, pero también lo es que la versatilidad y la buena gestión de las piezas fue una de las claves de la gran campaña del máximo rival, el Real Madrid. Esa superioridad no se puede volver a repetir, y es por eso que los azulgrana deben acabar de concretar sus opciones en el mercado, con el objetivo de ponerse al nivel no sólo de sus rivales ligueros, sino de nuevo en la vanguardia del fútbol mundial.