Arthur ya se acerca al sueño de ser el digno heredero de Xavi

Hace unos meses, sólo los más futboleros conocían a un joven que se había convertido en el motor del Gremio de Porto Alegre y que había llamado la atención del FC Barcelona, pero a día de hoy, Arthur Melo es una promesa de alcance mundial. Desde que puso un pie en la Ciudad Condal, se vio que el brasileño venía pisando fuerte, y ha convertido una temporada de adaptación en un mar de ilusiones.

En la Ciudad Deportiva corrían los rumores tras los primeros entrenamientos del centrocampista, que impresionó hasta al mismísimo Leo Messi. Dijo el argentino que era una gozada ver su precisión en los rondos y en los ejercicios de posesión, y esto no fue más que un augurio de lo que iba a mostrarse sobre los terrenos de juego. Su progresión es espectacular.

Su timidez apenas duró un par de partidos, porque desde entonces ha mostrado una personalidad que ha enamorado a los aficionados del Camp Nou. Siempre pide la bola y nunca la pierde, porque la lleva cosida al pie y es harto complicado podérsela quitar. Casi lo mismo que verle fallar un pase, un situación que apenas sucede en compromiso oficial.

El ritmo lento que trajo de Brasil se ha adaptado a toda velocidad a Europa, en la que la exigencia azulgrana le ha obligado a acelerar. Cada vez piensa y ejecuta más rápido, a pesar de que sólo lleva unos meses trabajando en uno de los mejores equipos del planeta. Marca los tiempos a la perfección, y también es un maestro a nivel táctico.

Sergio Busquets e Ivan Rakitic agradecen su aportación en lo defensivo cada vez que les acompaña en la medular, porque siempre está atento en las coberturas y roba muchos balones gracias a su buena colocación sobre el verde. Es el pegamento en un once pensado para el ataque pero que también destaca en defensa, porque, en palabra de su propio seleccionador, Tite, es un experto en las transiciones. Y, desde hace unas semanas, explora también una faceta que todavía tiene por explotar.

El pase vertical, el último logro de un Arthur que aspira a ser como Xavi

Si algo se le reprochó a Arthur en sus inicios como culé era un exceso de pausa, con una falta de atrevimiento que ahora se está compensando. En una remontada histórica contra el Sevilla, el de Goiania rompió las defensas hispalenses con un pase mágico a Ivan Rakitic, que apenas tuvo que tocar el cuero para superar al guardameta.

Como ya se ha mencionado, sólo lleva unos meses en el Barça y todavía tiene mucho camino por recorrer, pero viendo las semejanzas, es imposible no pensar en Xavi Hernández. Arthur hace más puro al Barça porque su estilo es ideal para la sala de máquinas azulgrana, y todos vuelven a soñar con que el centro del campo lleve el sello de la Masia pero importado de un menudo futbolista brasileño. El futuro pasa por sus botas.