Demoledor: Suárez sale a gol por partido en Liga y Champions

El delantero se encuentra en una racha imparable de cara al gol, la más mortífera desde que llegase al FC Barcelona la pasada temporada. Suárez es el máximo goleador del equipo esta temporada en la que sale a un tanto en cada partido de Liga BBVA y Champions League

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Si bien los goles del FC Barcelona tienen casi el monopolio de Messi, Neymar y Suárez, citar últimamente un partido de los azulgranas sin referirse a un gol del delantero uruguayo es francamente difícil. No se le puede pedir más al nueve del Barça que además de sus goles aporta movilidad, combinación y asistencias a sus compañeros Leo Messí y Neymar Júnio. Pero sobre todo, y para que vamos a engañarlos, tiene mucho gol.

Tanto que lleva ya seis encuentros consecutivos marcando al menos un tanto con la elástica blaugrana. Desde el partido ante el Eibar, donde marcó un genial hat trick para darle la victoria a los suyos por tres goles a uno, no ha parado. Su siguiente víctima fue el Getafe en Madrid, el BATE y el Villarreal también se llevaron lo suyo en forma de goles. Frente al Real Madrid besó las redes dos veces de forma antológica, las mismas que lo consiguió ante la Roma el pasado martes.

Unos números que han engrosado su estadística y le han situado como máximo goleador del equipo con diecisiete tantos. En los once partidos que ha jugado en Liga BBVA 2015-2016, ha anotado otros once tantos. En Champions League ha jugado los cinco partidos de su equipo marcando cinco goles y alzándose como máximo realizador de la competición junto a Thoma Müller, Cristiano Ronaldo, Lewnadowski y Dzyuba. El otro gol que falta lo marcó ante el Sevilla en la final de la Supercopa de Europa.

Dos meses marcando y asistiendo a su compañeros su consagración es ya un hecho. Alguno trató de enterrarlo cuando fichó por el Barça, sobre todo tras la agresión a Chiellini en el Mundial de Brasil 2014, pero no pudieron con él. Ha encontrado su sitio en el mejor equipo del mundo y junto a los dos mejores jugadores del mundo. Su relación es más que profesional y son íntimos amigos, algo que se translada al terreno de juego. Allí, en el verde, donde su número y su nombre corren el riesgo de llegar a ser inmortales en el imaginario colectivo culé. Sólo le piden eso, que haga goles, y él lo cumple a rajatabla.