Milán ya está a cuatro partidos de Barcelona

No fue fácil, nunca lo es, pero el FC Barcelona ya está en cuartos de final de la competición reina europea. Los azulgranas mostraron ante el Arsenal su gen competitivo en los dos encuentros de la eliminatoria de octavos para pasar con solvencia y eficacia, esa que siempre acompaña al equipo de Luis Enrique desde que el asturiano es entrenador del primer equipo. "Lucho" le ha despertado nuevamente ese ADN ganador a un equipo que destila calidad a borbotones.

Y ahora llega lo más difícil, ese paso que hará que este Barça se quede a las puertas de la historia o se convierta en la propia historia, si no lo es ya después de levantar cinto títulos de seis posibles. Cuatro partidos, nada más, para poder volver a ver otra final de la Champions League y volver a plantar la bandera azulgrana en medio del estadio de San Siro, dejándolo como nuevo terreno conquistado. El viernes será el sorteo de cuartos y por primera vez en mucho tiempo la propia afición no tiene miedo.

Este equipo puede con todo y eso es algo que ningún club en el viejo continente puede decir. No hay nadie que pueda parar a Messi, Neymar y compañía, salvo ellos mismos. Son los jugadores los que se deben marcar sus límites, y a día de hoy el suyo está más allá del cielo. Volver a conquistar la "orejona" sería algo realmente increíble, que nadie ha conseguido hacer en toda la historia de la competición, y los blaugranas lo tienen a cuatro partidos y una final. Nada más.

Sus rivales les temen, nadie quiere enfrentarse a ellos y su rodillo suma ya esta campaña un total de 38 partidos consecutivos sin perder. Un récord que, visto lo visto, no parece tener tope. Y es que la famosa "panxa plena" (barriga llena) de la que tanto se hablaba después del periodo de Pep, ahora se ha convertido en una estómago famélico, habido de triunfos, goles, récords y títulos, muchos títulos. El ecosistema que han creado entre todos, y donde el entrenador tiene gran parte de culpa, es el de una competitividad enorme.

Y ahora es el momento que todos ellos tanto estaban esperando. La fase donde se decide todo y en la que se necesita la mayor tensión posible. El momento de dar otro paso hacia adelante y seguir a la altura de la entidad y la hinchada. Todo comienza ahora, a cuatro partidos (y una final) de la historia. A cuatro partidos de Milán. Barcelona nunca estuvo tan cerca de Italia.