El Barça se seca en el Camp Nou 45 partidos después

Después de la dura derrota en LaLiga Santander​ contra el Levante en el Ciutat de València, se esperaba que el FC Barcelona se recuperase del golpe en Champions League contra el Slavia Praga, manteniendo la enorme racha de victorias que los culés llevaban en la presente campaña en los partidos del Camp Nou, contabilizados todos por victorias.

No obstante, el equipo de Ernesto Valverde volvió a hacer gala de un juego descafeinado que en ningún momento sirvió para ser superior al rival. Las posesiones estériles daban paso a un juego lento que solamente se desmarcaba del camino del aburrimiento en algunas ocasiones aisladas en las botas de Leo Messi, Sergi Roberto o Nélson Semedo. 

Pero finalmente, ninguna de ellas acabó en gol y el FC Barcelona, además de dejarse dos puntos que pueden ser claves para el devenir del grupo en el que los culés están encuadrados en Champions League, puso punto y final a una gran racha de partidos goleando en el Camp Nou. En concreto, los culés llevaban 45 duelos seguidos viendo puerta en su estadio.

La última vez que el FC Barcelona se había quedado sin marcar en un encuentro disputado en su estadio se remonta al mes de febrero de 2018, cuando el Getafe también consiguió rascar un empate sin goles en un duelo de LaLiga. Desde entonces, los culés siempre habían afinado su puntería jugando delante de su afición.

Falta de recursos ofensivos

Ernesto Valverde, para superar la baja por lesión de Luis Suárez, apostó por una delantera formada por Ousmane Dembélé en la derecha, Antoine Griezmann en la izquierda y Leo Messi como falso '9', pero ninguno de ellos logró mojar. De hecho, solamente el astro argentino tuvo ocasiones y generó fútbol para poderlo conseguir, ya que la pareja francesa estuvo muy gris.

Pasan los partidos y el Barça no consigue solucionar sus problemas de juego. La lentitud del juego y la falta de ideas ofensivas está condenando al equipo a la par que una defensa que cada vez es menos consistente. Todavía hay margen para mejorar antes de que llegue la parte decisiva de la temporada, pero los culés deben activarse para mejorar tanto su imagen como los resultados, que también empiezan a fallar.