Con Philippe Coutinho o sin él, este Barça apunta al 4-3-3

El FC Barcelona ha ganado este domingo la Supercopa de España tras remontar al Sevilla (2-1), arrancando la temporada 2018-19 con un título que se le escapó hace un año. Era la primera final del curso y los catalanes la han sabido jugar con mucho tino pese a la falta de ritmo de los primeros partidos, y además con un nuevo sistema que les es muy conocido.

La fuga de Neymar y la lesión de Ousmane Dembélé, sumadas a la ausencia de Philippe Coutinho y la presencia de Andrés Iniesta, obligaron a Ernesto Valverde a apostar por un 4-4-2 tras su aterrizaje en el banquillo, que acabó siendo clave para que el equipo se levantará de la derrota contra el Real Madrid, se blindara sobre el terreno de juego y se convirtiera en una fortaleza atrás con una ofensiva algo más limitada pero igualmente letal, ya que Leo Messi se multiplicó para dirigir el ataque.

Aunque el francés se recuperó y el carioca llegó en enero, el técnico no varió un dibujo muy flexible, en el que se acumulaban efectivos para buscar portería y se replegaba con cuatro centrocampistas para ayudar a la defensa. En esta campaña puede ser distinto, ya que, entre otros factores, los fichajes han aportado nuevas soluciones que permiten infinidad de variantes y soluciones en función de los enfrentamientos.

Para empezar, parecía que el 4-3-3 había vuelto por exigencias de la pretemporada, aunque todo apunta a que lo ha hecho para quedarse. A pesar de recuperar a dos referencias como el propio Messi y Luis Suárez, el Txingurri lo ha mantenido en la Supercopa, en la que ha dejado al uruguayo en el medio, al argentino libre y a un Dembélé más consolidado acostado a la izquierda, lo que se ha traducido en la mejor actuación del galo desde que llegó.

Con Arthur y Rafinha por delante de Sergio Busquets en el once titular, la prueba clave ha sido la entrada de Coutinho, que podría haber provocado alguna variación táctica pero no lo ha hecho, porque se ha colocado como interior. El de Río será este año, con más necesidad que nunca, el heredero de Iniesta en la alineación, ni de lejos un sustituto pero igualmente un crack con sus propias virtudes.

Valverde podría blindar al Barça con un 4-4-2 en Champions

Con la presencia de algunos extremos, delanteros de varios tipos y centrocampistas con características para todos los gustos, el 4-3-3 del Barça puede volver a consolidarse, pero habrá que ver qué ocurre cuando se enfrente a rivales de élite. Sin ánimo de menospreciar al Sevilla, el ejemplo más claro aparece al pensar en la Champions, en la que pueden darse visitas a Turín, Múnich, Madrid o París, escenarios en los que un buen ataque puede ser decisivo pero una buena defensa puede marcar diferencias.

Entonces, se abre una disyuntiva en la planificación, y es si Valverde apostará por un trivote con Sergio Busquets, Ivan Rakitic y Arturo Vidal -con variantes como Sergi Roberto- o recuperará el 4-4-2 para sostener con más garantías a la delantera. Dependerá también de lo esfuerzos que jugadores como Dembélé o Malcom puedan hacer para ayudar a los zagueros, y esta decisión se ira definiendo a medida que maduren las estrategias barcelonistas. El futuro es, en cualquier caso, muy prometedor.