Messi ya no es el plato principal del Barça, es la guinda del pastel

El FC Barcelona de Luis Enrique ha conseguido lo que parecía imposible: que la ausencia de Messi no sólo no se note, sino que pase tan desapercibida que el juego del equipo sea incluso capaz de mejorar sin él. El Barça ya no depende de Messi, sino de la sinergia de sus jugadores

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Magia, admiración -propia y del eterno rival-, dosis de confianza, poesía futbolística, optimismo a raudales y una conclusión muy positiva: que Leo Messi ya no es tan imprescindible como lo era antes en el juego del FC Barcelona. No me malinterpreten. Cuando digo que el Barça de Luis Enrique se llevó todo esto -y más- durante el saqueo al Santiago Bernabéu este pasado sábado, no hay ninguna voluntad de menospreciar la importancia de Leo Messi en el juego del equipo -sigue siendo la estrella alrededor de la cual orbitan todas las demás, el epicentro de la galaxia azulgrana-, pero sí se quiere poner de relieve que ya no hace falta que todos los balones pasen por él, y que sea él quien deba decidir todos los encuentros a base de goles, asistencias y un toque de varita.

Es necesario pero no imprescindible, porque el FC Barcelona ha llegado a un punto en el que sigue utilizando -por supuesto- la electricidad del astro argentino para sentirse reconfortado y consolidar todavía más su juego sobre el césped, pero en el que otras estrellas como Neymar Jr, Luis Suárez, Andrés Iniesta, Sergio Busquets y el resto del equipo, en líneas generales, consiguen llegar entre todos al mismo resultado: la excelencia azulgrana. El trabajo de abeja practicado desde hace años por el Barça, en el que todas sus piezas son igualmente básicas para llegar al objetivo común, está quedando con Luis Enrique más reflejado que nunca con la miel más dulce de los últimos años.

Messi sigue siendo la "Abeja Reina", pero con un escuadrón de jugadores que esta temporada ha asimilado lo que ya se intuía pocos meses antes de la consecución del triplete. El "10" ya no es el plato principal para los aficionados culés, sino la guinda del pastel en un festín tan saludable como variado. Porque, si antes se hablaba de "Messidependencia" en el juego, los goles y también en las asistencias, ahora se habla de que Neymar Jr es "Pichichi" de la Liga BBVA con 12 goles en 12 jornadas, con un Luis Suárez que sólo está a un gol de distancia y con un equipo que es capaz de jugar controlando la posesión, de presionar arriba para recuperar balones y también de cambiarse de máscara para encerrarse momentáneamente en su campo y luego "matar" al rival con unos contraataques que nunca antes se habían visto en la casa culé.

El Barça se ha convertido en una máquina de generar fútbol, espectáculo y resultados. La explosión de Sergi Roberto en el lateral derecho, el centro del campo y en cualquier labor que se le pida es la clara muestra de que los jugadores culés son abejas capaces de asumir todas sus tareas a merced del buen juego del equipo, con una sinergia futbolística de la que posiblemente ningún otro club en Europa pueda hacer gala. Todos se entienden, se buscan, combinan de memoria, saben donde están sin levantar la vista y, sobre todo, son solidarios a la hora de ayudarse, cubrirse y regalar goles.

Leo Messi esta temporada ya ni aparece en la lista de máximos goleadores por culpa de los dos meses que ha estado fuera por lesión, pero el Barça ni lo ha notado. Más bien al contrario, ha sido capaz de salir del luto inicial para mejorar progresivamente en el juego hasta llegar de nuevo al nivel de hace unos meses, el excelso rendimiento que acabó propiciando el tan venerado triplete. Por cierto, ¿cuántos equipos han ganado dos Champions seguidas? ¿Y dos triples consecutivos? Ninguno... Al Barça nunca se le acaban los récords. Que tiemblen los rivales.


Carlos Domínguez
@CarlosDomnguez1