Neymar o cuando los juegos sobrepasan los límites

Cubrir la actualidad del Barcelona es apasionante. Día a día hay informaciones, ya sean verídicas o en forma de especulaciones. Pero en cualquier minuto puede producirse un terremoto que lo haga cambiar todo. Por ejemplo, el que se registró un 17 de julio en la ciudad condal. El "Sport" sacaba una exclusiva que muchos se tomaban a coña: "Neymar no está cómodo en Barcelona".

Claro, el sainete de siempre. Que si busca más dinero porque Messi ha renovado, que si el padre hace presión otra vez a Bartomeu… pero resulta que no, resulta que Neymar se habría cansado de ser la segunda espada de todo un FC Barcelona -como si eso fuera poco-. Quizás el brasileño se dio cuenta de ello la noche de la remontada ante el PSG. Él fue el verdadero héroe, el que creyó en la gesta. Sin embargo, fue Messi el que apareció en todas las portadas con aquella imagen emergiendo entre la multitud.

Quizás aquella noche 'Ney', muy amigo de Leo -al que siempre ha elogiado-, decidió que este verano tocaba dar un salto en su carrera. Lo que no queda claro es si será para delante o para detrás. Porque ir a la quinta liga europea no tiene demasiado sentido. O sí, porque los millones pueden apetecer más que los libros de historia.

A la espera de que se confirme lo que todo el mundo da por hecho, Neymar prefiere las alfombras rojas y los focos al césped y el éxito silencioso. Quiere tener el premio de "mejor protagonista" cuando a veces los "actores secundarios" calan más en los espectadores.

Decisión propia, comportamiento impropio

Es entendible -o quizás se puede llegar a justificar-. Opinar sobre su decisión es algo que no tiene sentido, puesto que se trata de su futuro. Sin embargo, sí se puede criticar con dureza cómo está gestionando todo este culebrón el aún '11' azulgrana.

Puedes tener unos días para reflexionar, pueden surgirte mil dudas porque estás a un paso de dejar uno de los mejores clubes del mundo por otro que no se ha asentado todavía entre los grandes de Europa, puedes añorar -ya sin irte- a Messi y Suárez.

Pero lo que no puedes hacer es callar y que el juego de la rumorología iniciado por tu padre impida trabajar a Ernesto Valverde como hubiera preferido en Estados Unidos, sin el foco mediático constantemente encima. El protagonista era él, como si estuviera por encima del Barça como club.

Y ahí ha cometido un gran error Neymar. Nadie pone en duda su talento único y especial. Ninguna persona en su sano juicio le dejaría escapar por las buenas. El relevo de Messi, para muchos. Y seguramente así sea. Pero el brasileño debe de aprender del argentino. Las renovaciones se piden en momentos concretos y se llevan las negociaciones con mucho más sigilo. Ni indirectas en las redes sociales ni un 'ahora sí, ahora no' cada cinco horas. Esto no es un circo.

Neymar se equivoca en las formas. Quien calla otorga, dicen. Como Ronaldinho, va camino de salir del Barça por la puerta de atrás. Y su rendimiento no merece eso, está claro. Pero se lo ha ganado. Además, comparándolo con el Gaucho, que no descarte ser pitado si vuelve algún día con el PSG. No es por su rendimiento, sino por su comportamiento. Con el Barça no se juega.