Tirón de orejas de France Football a Ousmane Dembélé

Después de una primera temporada muy floja, también en parte por una grave lesión poco después de su fichaje, pocos esperaban que Ousmane Dembélé se convirtiese en uno de los jugadores más destacados del FC Barcelona en su segundo año. Al menos, hasta que las lesiones le respetaron y le obligaron a perderse el tramo decisivo de la temporada.

Especialmente criticada era su actitud de ir a la suya completamente, de llegar tarde a los entrenamientos, de comer lo que le daba la gana y de trasnochar. Pero sobre su rendimiento en la presente campaña, no hay nada que reprocharle. Cuando no ha tenido problemas físicos, ha sido un jugador determinante.

France Football, medio encargado de otorgar el Balón de Oro, le criticó e insinuó que le falta ser más profesional. "Su inmenso talento es indiscutible, pero sus actuaciones no están a la altura de las expectativas que se le imponen. A menudo autor de gestos excepcionales, de goles sensacionales, le falta algo para cruzar un nivel. ¿Seriedad y trabajo?", escribió en sus líneas.

Unas críticas que coinciden bastante con las de Didier Deschamps, seleccionador francés, hace unos meses. "Sus retrasos son su pequeña costumbre. Conozco sus excusas, se escuda en que no es el único, pero tiene que entender que esto tiene que cambiar. Debe estar un poco más atento. Debe entenderlo tan pronto como sea posible. Cuando se dé cuenta de todo esto y comprenda que no es algo positivo, será bueno para él y para su club", dijo.

Dembélé, el genio rebelde

Dembélé vive en su mundo, es su personalidad y no la vamos a cambiar, pero eso no siempre es malo. En el terreno de juego poco le importa fallar un regate, un tiro a puerta, un pase... o que su equipo juegue mal. A la siguiente jugada, ya lo ha olvidado todo y lo vuelve a intentar, como un martillo intentando encajar un clavo sin cesar.

Hace meses, fue muy criticado por su forma de ser, pero tampoco le importó. Volvió a responder con goles y jugadones... y yendo a la suya, por supuesto. Como cuando le tocó entrar en Roma para levantar a un equipo muerto y con dos carreras casi pone a la capital italiana patas arriba. Dembélé es Dembélé. Puede gustar más o menos su forma de ser pero, si se quita de encima el lastre de las lesiones, puede llegar a triunfar.