Piqué, héroe y villano: Falló en los goles del Girona, pero salvó uno y metió otro

Es uno de los jugadores más discutidos del FC Barcelona, porque su rendimiento le delata tanto si está bien como si está mal. Gerard Piqué no cuajó su mejor actuación contra el Girona, pero finalmente logró ser determinante en ambas porterías. Además de multiplicarse sobre el terreno de juego, reaccionó como un verdadero líder.

En los instantes iniciales, el central dirigió la defensa con mucho esmero. Ernesto Valverde había advertido que no le gustaban los despistes que han costado goles en los últimos compromisos, y la respuesta fue notable porque los azulgrana se centraron en maniatar a los rojiblancos, que apenas podían construir porque los locales recuperaban balones muy arriba.

Después de que Leo Messi abriera el marcador, el barcelonés tuvo su primera aparición clave. Un pase filtrado desde el centro del campo dejó solo a Portu, que superó con un regate a Marc-André Ter Stegen y disparó a puerta. En el último instante, y sobre la línea, apareció el zaguero para despejar a córner, llevándose un merecido aplauso de la grada y varias felicitaciones de sus compañeros.

Cuando el partido cambió con la expulsión de Clément Lenglet, el catalán fue uno de los que más lo acusó. La seguridad que venía mostrando la retaguardia se perdió en apenas un par de ocasiones, pero no necesitaron demasiado los gerundenses para voltear el electrónico con un doblete de Christian Stuani.

Primero falló Piqué porque no estuvo atento a la anticipación del uruguayo, que puso un 1-1 psicológico antes de marcharse al descanso. Con apenas cinco minutos transcurridos en la segunda mitad, el canterano no logró detener a Portu, que le ganó la carrera y, tras una entrada que casi costó un penalti, volvió a encarar al guardameta. El alemán le paró, pero no pudo hacer lo mismo con el intento del charrúa, que recogió su rebote y de un zambombazo lo clavó en la escuadra.

Piqué marcó con el Barça y no dejó de espolear a sus compañeros

Finalmente, Gerard Piqué logró resarcirse en el minuto 63, cuando luchó más que nadie para lograr el gol que daba el 2-2 al Barça. La fe de Leo Messi para poner un pase a la nada y de Luis Suárez por tratar de pelarlo acabó salvando un balón llovido que el ex del Manchester United cabeceó con toda la intención, superando en su salto a dos rivales que trataban de detenerle.

En su celebración hubo aplausos y gritos de ánimo, y cada vez que se incorporó al ataque para tratar de ayudar siguió empujando a sus compañeros. Insistiendo, quizá el rendimiento no fue mejor en la quinta jornada de LaLiga, pero con este carácter, actitud y ganas demuestra porqué es uno de los capitanes del FC Barcelona.