El Barça apuesta por un cambio en la planificación que podría ser decisivo para los títulos

Tras unos días de descanso en el parón navideño, el calendario acelera de nuevo para el FC Barcelona, que avanzará en LaLiga y la Copa del Rey en enero antes de reencontrarse con la Champions en febrero. Tras un año en el que se certificó un doblete, las exigencias se han elevado en el Camp Nou, lo que ha provocado un cambio en la planificación destinado a mejorar el rendimiento de los azulgrana.

Además de las virtudes que se alaban de Ernesto Valverde, si hay un reproche que se le señala es su excesiva predilección por sus hombres de confianza, lo que le ha llevado en ocasiones a ser demasiado conservador y a no moverse de las alineaciones y elecciones en las que se siente cómodo. Esto, en un equipo con tantas estrellas, relanzó a un conjunto 'tocado' que se convirtió en sólido y prácticamente inexpugnable, pero que finalmente acabó pagando sus esfuerzos en el tramo final de la pasada campaña.

Aunque el técnico no comparte completamente este punto de vista, ha aceptado que si quiere resistir a la presión de un club de esta magnitud debe estar en constante renovación, por lo que ha realizado varios ajustes en sus planes. Por ello ha recuperado un 4-3-3 que le han facilitado las piezas que ahora tienen en la plantilla, y además ha preparado otra modificación clave que podría tener efecto en unos meses.

Las rotaciones que otrora costaban de ver, ahora son asiduas compañeras de viaje, tanto entre los titulares como a la hora de hacer sustituciones. El Txingurri ha usado la Copa con claridad para descansar a sus grandes figuras, y además para dar entrada a una cantera que vuelve asomar la cabeza con frescura e ilusión. Y no sólo eso, sino que en Liga también se ha permitido el lujo de ir 'pellizcando' minutos de algunos de los más exigidos. Poco a poco, les va dando un respiro.

El extremeño ya no se lo piensa tanto si tiene que prescindir de intocables como Luis Suárez o Ivan Rakitic, e incluso se ha atrevido con Sergio Busquets y Leo Messi, contando que a estos, enfermedades y lesiones les han abierto también algo de hueco. Además, la discutida montaña rusa que viven Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho puede acabar siendo beneficiosa, porque ambos se han intercalado y no llegarán tan castigados de nuevo al punto clave, la parte más decisiva de la temporada.

"Es cierto que este mes es muy intenso y que tenemos que cambiar cosas", admitía Valverde en la rueda de prensa previa al duelo copero contra el Levante, en la que señalaba que la debacle de Roma no fue sólo culpa del cansancio, y subrayaba que ve a sus jugadores en plena forma y que no está dispuesto a tirar ningún título. El cambio respecto a años anteriores es que este año la plantilla está mucho más compensada.

El Barça debe estar fresco para su examen en Champions

Y gracias a altas, bajas y ascensos desde la cantera, Ernesto Valverde ha empezado a repetir un discurso que para el Barça es muy necesario, y es que las temporadas no se sacan con apenas 13 o 15 futbolistas. Prefiere trabajar con plantillas cortas pero en la de este curso ha contado con entre 20 y 24 cracks, además de los refuerzos puntuales que van subiendo del Barça B.

Y a poco que funcionen sus previsiones, se podrá dar el salto que todos esperan, y es que con los Messi, Suárez, Dembélé o Busquets en plena forma para abril y mayo, será algo más fácil dar un golpe sobre la mesa en Champions, la gran cuenta pendiente que en los últimos años ha quedado en la Ciudad Condal. No es matemática y no siempre la gana el mejor, pero todo ajuste va a ser bueno si ayuda a dar un paso más hacia la 'orejona'. Habrá que ver si la estrategia funciona.