Luis Enrique y Messi, obligados a entenderse

La ausencia del delantero argentino en el entrenamiento de puertas abiertas del lunes, por una gastroenteritis, generó todo tipo de suspicacias. El gran reto de Luis Enrique será, a partir de ahora, reconducir la relación con el jugador más importante del FC Barcelona

Este martes, a pesar de ser día de fiesta, Messi ha ido a la Ciudad Deportiva, quizá para rebajar tensiones tras las dudas sobre su gastroenteritis del lunes, al día siguiente de su suplencia en Anoeta. Messi nunca ha aceptado de buen grado la suplencia. Empezando por Guardiola, todos los entrenadores han tenido problemas para sentar a Messi en el banquillo. Haberse convertido en el mejor jugador del mundo le hizo merecedor de unos privilegios difíciles de gestionar y Luis Enrique tampoco se ha escapado del enfrentamiento con el crack azulgrana, que se ha ido intensificando hasta el episodio de Anoeta y la posterior ausencia del argentino en el entrenamiento de puertas abiertas.

El argentino digerió mal la suplencia y volvió muy enfadado hacia Barcelona. El disgusto se plasmó, al día siguiente, en la ausencia en el entrenamiento del Miniestadi; según la versión oficial, por culpa de una gastroenteritis. Una decisión que no ha sentado nada bien en el barcelonismo, pues ese días 12.000 niños se quedaron sin poder ver a su ídolo.

Futuro incierto del crack

Que Messi no se entrene tras un desacuerdo con el entrenador no es ninguna novedad, pero el contexto actual sí es diferente. El equipo y el club viven una situación delicada y, tras una campaña sin títulos, Messi ha comenzado a enviar mensajes que, por primera vez, sitúan su futuro fuera del Camp Nou a pesar de la mejora del contrato.

En el distanciamiento también ha influido la fuerte personalidad de Luis Enrique, que quiere marcar el territorio como líder del grupo. La gestión del crack es el gran reto, como él mismo reconoció en la primera rueda de prensa. Luis Enrique y Messi han de reconducir la situación para evitar un perjuicio al rendimiento del equipo, que sigue teniendo una gran dependencia de la estrella argentina y difícilmente ganará nada sin su mejor versión.