La Juventus gana; Cristiano no marca y demuestra su egolatría (2-0)

La Juventus de Turín obtuvo una nueva victoria en su segundo encuentro de la temporada en la Serie A, que también significó el segundo partido oficial de Cristiano Ronaldo. El delantero portugués, como ya le pasó en su debut, se quedó sin marcar, pero pudo ver una nueva victoria de su equipo ante un rival complicado como la Lazio (2-0).

Con fichajes como el del ex madridista, Emre Can o Joao Cancelo, la Juventus de Turín tiene como objetivo el asalto a las grandes competiciones, incluyendo la Champions League y el Scudetto. Por el momento, en la liga italiana la vecchia signora ha obtenido los seis puntos disputados, por lo que las sensaciones son buenas.

Cristiano Ronaldo, por su parte, volvió a quedarse con un sabor agridulce ya que no consiguió marcar pese a disponer de ocasiones importantes. El ex del Real Madrid jugó como hombre más adelantado del equipo italiano junto a Mario Mandzukic, resguardado por escuderos de lujo como pueden ser Bernardeschi o Pjanic. No obstante, el primer tanto oficial del luso deberá esperar.

Mandzukic y Pjanic deciden

Pese a la imponente presencia de Cristiano Ronaldo, los que decidieron fueron los de siempre. A la media hora de partido apareció Miralem Pjanic, el jugador que en su día ya quiso el FC Barcelona, para empalmar un disparo desde la frontal del área que se acabó colando en el fondo de las mallas de la portería de Thomas Strakosha.

En el segundo tanto de la Juventus de Turín, que llegó en el segundo tiempo por obra de Mario Mandzukic, quedaron claras dos cosas: que Cristiano Ronaldo debe seguir afinando su puntería para evitar pifias dignas de un alevín y que su egolatría va siempre por encima de los resultados del equipo.

El delantero portugués recibió un centro que le dejaba completamente solo, en boca de gol, a un metro de la portería y con el cancerbero rival fuera de sitio. Pero la pelota le impactó en la bota y quedó franca para que Mandzukic la metiese en el fondo de las mallas. El luso, pese a ver que el balón había entrado, se lamentó por el fallo en lugar de celebrar el tanto. Muy típico suyo.