Luis Enrique no quiere ninguna distracción

Tal y como ha confirmado el diario "MD", Luis Enrique llegó la mañana del pasado jueves a las 07.30 de la mañana a la Ciutat Esportiva para preparar los últimos detalles de la preparación del partido que enfrentará a los azulgranas este sábado contra el Athletic de Bilbao a las 16:00 horas en el Camp Nou, un horario que en la última temporada no se le dio nada bien al FC Barcelona. El rotativo catalán asegura que Luis Enrique cree que a lo largo de la temporada hay momentos clave que marcan la diferencia entre ganar o no un título, y por ese motivo quiere pulir hasta el más mínimo detalle para calibrar a sus jugadores y hacer del Camp Nou un fortín infranqueable.

El técnico asturiano no quiere que a sus jugadores les afecten los halagos que llegan de distintos equipos y de los aficionados, puesto que es consciente de que todavía no se ha hecho nada y únicamente se han ganado dos partidos -uno por la mínima-, a pesar de que las sensaciones han sido muy buenas. Luis Enrique quiere que el conjunto culé siga con el pleno de puntos, y aún más teniendo en cuenta que Atlético y Real Madrid, sus principales perseguidores, se enfrentarán también este sábado y uno de los dos -o los dos, si empatan- podrían quedar más descolgados si cabe de la primera posición en caso de que el FC Barcelona gane.

El parón internacional por suerte no ha tenido consecuencias para los futbolistas del FC Barcelona en forma de lesiones, pero la baja exigencia de estos partidos en algunos casos tiene que ser contrarrestada con la puesta a punto en los entrenamientos para mantener la máxima intensidad del equipo. Para "Lucho" el partido de este sábado es estratégico, puesto que el calendario no es demasiado complicado hasta el 25 de octubre contra el Real Madrid y en el caso de que el derbi madrileño acabe en empate y el Barça gane, la diferencia ya será de cuatro puntos con los rojiblancos y cinco con los "merengues" en sólo tres jornadas.

¿Jugará Bravo o Ter Stegen?

Luis Enrique no se corta, y menos cuando tiene la oportunidad de implantar un estilo propio en un equipo con una forma de jugar ya asimilada desde hace décadas como es el FC Barcelona. El técnico asturiano ha aterrizado en el banquillo culé no para causar una auténtica revolución en el juego de toque y posesión azulgrana, pero sí para llevar a cabo pequeñas pinceladas que logren mejorar la efectividad del juego y desengrasar todavía más los engranajes. "Yo soy el líder en mis equipos", dejó claro Luis Enrique a su llegada al banquillo del FC Barcelona, asegurando que el equipo jugaría "al ataque, atractivo y efectivo". "Si no estás al nivel, hay que cambiar".

Desde entonces, el asturiano está cumpliendo sus promesas y ha establecido nuevas estructuras que modifican algunos "temas tabús" en los últimos años, como por ejemplo la competitividad existente entre nada más y nada menos que tres guardametas de nivel en la portería. Bravo ha empezado siendo el titular en Liga por las lesiones de Ter Stegen y Jordi Masip (en teoría tercer portero), pero el hecho de que el alemán ya se haya recuperado ha vuelto a abrir el debate sobre quién debe ser el meta titular del conjunto azulgrana, una discusión que jamás tuvo lugar entre Víctor Valdés y José Manuel Pinto, teniendo el primero mucho más nivel que el segundo.