Más aciertos que decepciones con los fichajes de esta última temporada 2018-19

Algunos de los fichajes del FC Barcelona 2018-19 han tenido éxito y se han afianzado en el equipo, otros han rendido de manera intermitente y otros, directamente, apenas han participado y han pasado desapercibidos. En el grupo de fichajes exitosos encontramos los casos de Clément Lenglet o Arthur Melo. El rendimiento de ambos ha satisfecho al cuerpo técnico y se espera que sigan creciendo, ya que tienen futuro en Can Barça.

Después, en un nivel ligeramente por debajo, tenemos el caso de Arturo Vidal, que sin tener un perfil muy acorde al estilo Barça, a base de coraje y entrega, se ha ganado un puesto en los partidos importantes y ha convencido a la afición por ese mismo tesón y bravura. Un jugador físico que aporta el músculo muchas veces necesario al conjunto azulgrana.

El lateral senegalés Moussa Wagué, que ha jugado mayoritariamente en el Barça B, tampoco lo ha ha hecho mal ni en el filial ni las pocas veces en que ha jugado con el primer equipo. A partir de ahí, se han producido algunas decepciones.

Una de ellas ha sido Malcom, que nunca encontró su sitio. Es cierto que en la delantera la competencia era feroz, pero no ha logrado convencer a Valverde aunque haya marcado algún gol importante como en el campo del Inter de Milán en la liguilla de Champions League, o en semifinales de Copa del Rey ante el Real Madrid. Ha jugado poco y no ha logrado ser relevante. Parece que el club se plantea su venta este verano.

Algunos casos que podríamos calificar de errores han sido las llegadas en el mercado de invierno. Los problemas físicos de Umtiti y Vermaelen hicieron necesario incorporar a un central como el colombiano Murillo, cedido por el Valencia. A él se sumó un poco más tarde Todibo. Dos centrales que, entre la recuperación física de Umtiti y la titularidad incuestionable de la pareja Piqué-Lenglet, prácticamente han tenido un papel testimonial.

En Todibo, no obstante, se tienen depositadas grandes esperanzas dada su juventud. Es una apuesta de futuro que llegó antes de lo previsto porque su club, el Toulouse, le había apartado. La idea del Barça fue traerlo ya, con el objetivo de que empezara a integrarse de cara al curso que viene.

El tema de Boateng quizá haya sido el más flagrante. Llegó en invierno cedido del Sassuolo para ofrecer más descanso a Luis Suárez, pero en las pocas oportunidades de participar que ha tenido, se ha mostrado falto de forma y con un nivel de juego sorprendentemente pobre. Nada que ver con aquel jugador que jugaba con buen tono en el Milan hace unos años, o sin ir más lejos en la UD Las Palmas.

Murillo, Boateng y Malcom tienen las horas contadas

En el caso de los dos primeros, tras finalizar sus cesiones y en vista de su nula aportación, lo más probable es que regresen a sus clubes de procedencia. Murillo, eso sí, tampoco se quedará en el Valencia y deberá buscar una salida, probablemente al extranjero. Por lo que respecta a Malcom, la dirección deportiva espera recibir alguna buena oferta que le permita recuperar -o al menos paliar- parte de la inversión que hizo con su compra al Girondins de Burdeos el verano pasado. Una vez finalizada la temporada empieza el baile de altas y bajas, y todo está abierto.