Leo Messi, marcando un gol de falta directa contra el Espanyol

MESSI, COMO TÚ NO HAY DOS

MVP: Leo Messi deja en ridículo a Pelé, al Balón de Oro y a quien no admita que es el mejor

Publicación:9/12/2018 - 01:01h

Actualización:9/12/2018 - 22:35h

Aunque lo hace casi por costumbre, todavía nos llevamos las manos a la cabeza. Leo Messi, el 'D10S' del fútbol, volvió a dejar en ridículo este sábado a quienes no reconocen que es el mejor del mundo, y de la historia. ¿Qué pensarán Pelé y compañía?

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Por si quedaba alguna duda, Leo Messi se encargó de disiparla este sábado contra el Espanyol. Enrabietado quizás por su hilarante quinta posición en el Balón de Oro 2018 -el mejor chiste del año-, el rosarino evolucionó al modo 'Super Saiyan' para maravillar al mundo y dejar claro que, si existe un dios del fútbol, solamente puede ser él.

¿Acaso alguien es capaz de hacer lo que él hace? Culés y no culés, arrodíllense ante la majestuosidad de Leo Messi, portador de un talento sin fin en unas botas que agita como varitas con cada regate, con cada hechizo de magia futbolística. El '10' del FC Barcelona nunca será igualado por nadie, y con sus dos dianas de falta directa -a las dos escuadras- escribió una nueva página de su historia en Cornellá-El Prat.

Pero para valorar la exhibición de Leo Messi ante los 'pericos', no nos podemos quedar tan sólo en lo más superficial. Excavando en el iceberg, quien haya visto el partido -y especialmente la primera mitad- se habrá dado cuenta de que Leo Messi estuvo colosal ante el Espanyol, tanto con su visión periférica del juego como con sus regates y electricidad.

Sólo se fue al piso cuando le derribaron a base de empujones y patadas, como sólo se le puede parar. El resto del tiempo, Leo Messi 'bailó' a los jugadores del Espanyol corriendo de aquí para allá, disparando, asistiendo, recuperando balones, tirando caños y encandilando a todo aquél que ame este deporte. Cornellá-El Prat hizo un amago de aplaudirle, cosa que ya es mucho viniendo de un público históricamente anti-culé.

Cuando el talento queda demostrado, grabado y repetido hasta la saciedad, no hacen falta más pruebas. Nos encontramos ante una de las maravillas que ha dado el mundo del deporte, y sólo nos queda respetarla y reconocerla. Luka Modric haría bien en viajar a París para devolver el Balón de Oro 2018, un premio que únicamente debería estar en las vitrinas de Leo Messi.

Y Cristiano Ronaldo, Griezmann y Mbappé... Bueno, quizá estén reflexionando sobre el hecho de haber quedado por delante del rosarino en la clasificación del citado premio. ¿Y qué hay de Pelé y Rivaldo? El primero criticó al argentino en una de sus últimas entrevistas, poniendo a Maradona y a él mismo por encima de 'La Pulga'. El segundo, pese a su pasado barcelonista, aseguró que quien debería haber ganado el Balón de Oro 2018 tendría que haber sido Cristiano Ronaldo.

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Opiniones puede haberlas para todos los gustos, igual que hay chistes de todos los colores y todos los públicos. Cosas de la libertad de expresión, por supuesto, aunque en el caso de Leo Messi es el mismo jugador argentino quien se defiende solito, con golazos como argumentos, para aclarar quién es el mejor de siempre. Podrán decir lo que quieran, pero lo que está haciendo Leo Messi sobrepasa cualquier opinión terrenal.

Y lo que hizo este sábado contra el Espanyol, sencillamente no tiene nombre. Messi agota los adjetivos, y cuando eso pasa sólo se puede hacer una cosa: levantarse, aplaudir y sonreír por haber visto algo histórico, una estrella fugaz en mitad del firmamento. Messi, como tú no hay dos.

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