Neymar se harta de las críticas por sus simulaciones y responde

Días después de que haya terminado el Mundial de Rusia, parece que todavía hay varias cuentas pendientes. Una de ellas va relacionada con Neymar, estrella del Paris Saint-Germain, por la actitud que mantuvo durante toda la competición. El brasileño fue duramente criticado por simular en sus caídas a causa de acciones con sus rivales.

Durante una subasta benéfica de su fundación, Neymar atendió a los medios de comunicación y lanzó una contundente respuesta a los que le critican por simular en sus acciones: "Mi fútbol es de dribbling, de encarar a los adversarios. No puedo decirle a mis rivales 'con permiso, mi amor, quiero hacer un gol', tengo que intentar regatearlo y ellos no me van a dejar pasar, me van a hacer falta".

El delantero brasileño se mostró molesto por recibir tantas faltas durante los partidos, y argumentó que su velocidad y su agilidad provocan que las acabe recibiendo: "Muchas veces soy más rápido que otros jugadores y me terminan haciendo faltas. Los árbitros están para ver eso. ¿Creen que me gusta recibir faltas? No, porque duelen, lastiman".

Además, Neymar lamentó acabar dolorido prácticamente la mayoría de los partidos. Sobre las críticas, recordó que para los que no sufren entradas en cada encuentro, es complicado saber lo que se siente: "Después de los partidos me pongo hielo 4 o 5 horas. Es complicado pero quien no vivió nunca eso de verdad, nunca va a saber".

Neymar también comentó las burlas que se han hecho virales a través de las redes sociales por sus acciones. A raíz de ello, nació el 'Neymar Challenge', que consiste en tirarse el suelo simulando e imitando al jugador brasileño: "Las he visto, me las tomé con humor. Incluso en mi Instagram publiqué una broma con unos niños sobre eso".

Neymar no cambia

Pese a que Neymar se queje, sigue teniendo el mismo problema que cuando era jugador del FC Barcelona: sigue provocando a sus rivales sea cual sea el resultado en el marcador y, muchas veces, esa actitud burlesca acaba provocando que sus adversarios se desquiten con una entrada excesivamente dura. El brasileño no cambia con los años.