Ousmane Dembélé se sigue consolidando y puede dar muchas alegrías al Barça

Cuando hace unos meses Ousmane Dembélé estaba marcado por las dudas y las lesiones, todos desconfiaban de la inversión del FC Barcelona en el francés, pero en sus segunda temporada en el Camp Nou, están cambiando las sensaciones. El inicio de curso del delantero ha sido muy prometedor, y más allá de sus números, lo importante es que se nota una evolución en su juego que está mejorando a base de minutos y de confianza.

A pesar de que en el curso pasado no dudó en hacerle pasar por el banquillo, Ernesto Valverde ha recogido el guante que le lanzó el joven cuando recortó sus vacaciones, y ha premiado su esfuerzo y compromiso dándole más oportunidades. Desde la Supercopa de España, el de Vernon ha estado en el once inicial, y aunque ha tenido mejores y peores actuaciones, las conclusiones generales son positivas: Está en racha anotadora y su progresión es claramente ascendente.

No sólo de goles está viviendo el galo, porque el mejor detalle que se le puede destacar es que se está empapando del estilo Barça. Si en sus primeros compromisos destacó por los balones perdidos y por su interés en jugársela encarando rivales, ahora ha empezado a leer más las jugadas, seleccionando mejor sus opciones. Si además de la velocidad, la técnica, el desborde y el juego con los dos pies, añade algo de pausa, puede responder a las expectativas que avisan que en la aparente indiferencia del 'mosquito' se esconde un crack en ciernes.

En el enfrentamiento contra el Huesca, Dembélé dio buenas muestras de lo que puede, y debe, hacer. Entró en menos duelos personales y pasó más, encontrando en varios desmarques a Jordi Alba y descargando buenos balones en las cercanías del área. Varias acciones peligrosas pasaron con acierto por sus pies, y además conservó ese punto de descaro que le llevó a apuntarse otra diana y a rozar uno de los tantos del encuentro, con un tiro enroscado que apenas el travesaño acertó a desviar.

La Champions pondrá a prueba a Dembélé

Aunque Dembélé ya ha sido determinante en victorias importantes como contra Sevilla o Valladolid, su verdadera prueba de nivel llegará con la Champions. Si sigue a este ritmo, Ernesto Valverde no debería retirarle del once cuando se acerquen el PSV, el Tottenham o el Inter, porque de momento es uno de los hombres más en forma de la plantilla. La titularidad se la está ganando a pulso y habrá que comprobar si sigue con el mismo acierto y ganas en los complicados desafíos europeos.

La gran incógnita es si el técnico mantendrá el 4-3-3 o pasará a un 4-4-2, pero incluso ahí puede sobrevivir el galo. Su destreza con ambos pies y su versatilidad le permiten actuar como extremo puro o algunos metros más atrás, una apuesta que el Txingurri ya ha probado y que podría volver a repetir. De momento son sólo cábalas y quedan algunas semanas para hacer valoraciones reales, pero lo que está claro es que si Ousmane quiere triunfar en el Barça, debe seguir por este camino. El éxito lo encontrará al final.