La rajada del propietario del Liverpool contra Coutinho y Suárez

Luis Suárez llegó al FC Barcelona en verano de 2014 a cambio de 81 millones de euros procedente del Liverpool. Tres años y medio después, Philippe Coutinho, que también jugaba en el conjunto 'red', decidió aceptar la oferta del club azulgrana para seguir los pasos de su ex compañero y recalar también en el Camp Nou. 

Ambos decidieron apostar por dejar el Liverpool y venir a la ciudad condal para cumplir sus sueños de jugar en el FC Barcelona. En el Liverpool, su anterior club, no sentaron demasiado bien las decisiones de ambos jugadores. El club inglés intentó retenerlos a toda costa, pero finalmente la voluntad de los jugadores se impuso para llegar a vestir de azulgrana.

"Jugadores como Suárez o Coutinho tendrán que ver la final de la Champions por televisión"

John Henry, propietario del Liverpool, hizo recientemente unas declaraciones para Associated Press en las que criticó la decisión de ambos jugadores de abandonar la Premier League para irse al FC Barcelona: "Es difícil entender porqué los jugadores quieren ir a una competición tan débil, tienen que jugar más de 30 partidos mientras esperan a que llegue la Champions League".

Además, mencionó que ambos futbolistas decidieron marcharse del Liverpool que, sin ellos, ha conseguido llegar a la final de la Champions League, motivo por el que ambos tendrán que ver la final sin poder participar en ella: "Jugadores como Luis Suárez o Philippe Coutinho tendrán que verlo por la televisión, pero podrían estar allí jugando el partido".

Sin embargo, John Henry también reconoció que no es cómodo ver como las estrellas de tu equipo quieren ser traspasados a otro, aunque el club al que vayan sea tan grande como el Barça: "No quieres estar en la posición de que tus jugadores quieran marcharse a otro equipo, aunque sea para ir a un club como el Barcelona".

Suárez y Coutinho, conexión 'red'

Luis Suárez y Philippe Coutinho coincidieron en el Liverpool, algo que se nota mucho cuando ambos están en el terreno de juego. Ambos se entienden a la perfección y, pese a que hacía tres años y medio que no jugaban juntos, los dos entienden a la perfección los movimientos de su compañero para crear jugadas asociadas.