El Real Madrid, a la final de la Champions League con otro 'robo' al Bayern (2-2)

Pasó lo que muchos esperaban. El Real Madrid, con ayuda arbitral incluida del colegiado Cüneyt Çakir, avanzó este martes hacia la final de la Champions League 2017-18, la tercera consecutiva, al eliminar de manera injusta a un Bayern Múnich que cayó de pie, empatando a dos en el Santiago Bernabéu y mereciendo muchos más goles, de no haber sido por el pésimo arbitraje que sufrió y también por las paradas de Keylor Navas, que mantuvieron a flote hasta el final a un Real Madrid de Zidane muy quebradizo.

Analizando el partido en líneas generales, puede decirse sin pelos en la lengua que el Real Madrid no eliminó al Bayern, sino que 'sobrevivió' a él. Tuvo una grandísima suerte con el arbitraje, las paradas de Keylor Navas y también con un error clamoroso del guardameta bávaro, Sven Ulreich, que al comienzo de la segunda mitad se tragó el pase de un compañero y dejó solo a Benzema para que anotase el segundo gol del Real Madrid.

Antes de que eso sucediera, en la primera mitad, las defensas brillaron por su ausencia. El vendaval de ocasiones de ambos equipos hizo extrañar que los primeros 45 minutos terminaran con 1-1. Joshua Kimmich abrió el marcador en el minuto 3 de partido al aprovechar un error en el despeje de Sergio Ramos, que dejó el esférico muerto en el interior del área, y desde el primer momento puso en tensión a los blancos.

El Bayern Múnich creyó en la remontada desde el principio, a pesar incluso de que Karim Benzema empató el electrónico en el minuto 11, al cabecear al fondo de la portería un buen centro de Marcelo desde la izquierda. Los de Jupp Heynckes sabían que necesitaban entonces un gol para igualar la eliminatoria, y por ese motivo no desfallecieron.

Siguieron atacando la portería de Keylor Navas, y antes de la media hora Lewandowski cayó en el interior del área, en plena pugna con Sergio Ramos. La jugada fue discutible, y acabó resolviéndose en silencio por parte del árbitro Cüneyt Çakir, que no hizo sonar el silbato. Tampoco lo hizo, sin embargo, cuando la primera mitad ya agonizaba y, tras un centro de Kimmich, Marcelo desvió el esférico claramente con la mano.

Era un penalti flagrante que habría dado mucha vida al Bayern Múnich, pero Cüneyt Çakir de nuevo fue el protagonista al no señalar absolutamente nada punible pese a las protestas bávaras. Con mucha polémica, por lo tanto, dio comienzo una segunda mitad en la que, en el minuto 46, Benzema logró el segundo tanto merengue tras el fallo imperdonable del portero Ulreich y la defensa del Bayern, ya comentado previamente.

El Real Madrid, a la final de Champions con polémica

A partir de entonces, pese al resultado, el Bayern no se rindió. Siguió atacando ante las facilidades defensivas del Real Madrid, en especial por la banda de un Lucas Vázquez que se vio superado en el lateral derecho. Así, atacando sin cesar, llegó el gol que dio esperanzas al Bayern, de las botas de un James Rodríguez que recogió un rechace para superar a Keylor Navas con caño incluido.

No celebró el gol el colombiano, por su pasado en el Real Madrid, y posteriormente fue cambiado a falta de cinco minutos para el final, a pesar de que hasta entonces había sido el mejor jugador de los de Jupp Heynckes. Los bávaros siguieron atacando durante la media hora restante, y dispusieron de múltiples acercamientos en los que tuvieron el pase a la final muy cerca. A falta de centímetros. Por desgracia para los visitantes, los merengues tiraron de experiencia y se protegieron como pudieron, perdiendo además tiempo en cada oportunidad. El árbitro pitó, y el Real Madrid pasó a la final, una vez con polémica. La tercera final consecutiva de Champions League.