Un Real Madrid de verbena perdió el liderato de la Liga en Sevilla (3-2)

Los blancos perdieron en Andalucía un partido en el que jugaron como un equipo pequeño. El Sevilla desnudó todas las carencias que los merengues llevan arrastrando desde hace meses y les deja en una situación difícil para el próximo duelo liguero ante el FC Barcelona 

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El Sevilla FC venció de forma merecida a un Real Madrid que fue un auténtico desastre tanto en defensa como en ataque y que se adelantó en el marcador casi sin quererlo con un golazo de Sergio Ramos. Después los hispalenses les pasaron por encima como una apisionadora para acabar ganando con merecimiento. El resultado final incluso se quedó corto tras los goles de Inmobile, Banega y Llorente por parte de los locales y el de James Rodríguez para el Madrid en el último minuto.

Y eso que en el inicio del partido el Madrid se impuso a los andaluces con un fútbol que no sabría explotar minutos más tarde. Los blancos dominaron a un Sevilla que salió dormido y en estas apareció Sergio Ramos para rematar de chilena y hacer el primero del partido. Un golazo pero que le costó muy caro al central y a su equipo, ya que acabó lesionado en su clavícula y tuvo que abandonar el terreno de juego siendo sustituido por Raphael Varane.

Tras el gol, el Madrid se diluyó y dejó paso al equipo de Unai Emery. Los blanquirrojos comenzaron a probar a un Kiko Casilla que si bien no tuvo ningún error e hizo un partido serio, no es Keylor Navas. La baja del costarricense le salió cara al equipo de Benítez, acostumbrado a tapar sus vergüenzas tras las excelsas paradas del centroamericano. Sin él en el campo Casilla no pudo atajar un chut de Ciro Inmobile después de que el esférico se pasease por delante de la defensa blanca, sin que nadie pudiera despejar.

Los de Emery siguieron atacando y siendo mejores, A la hora de partido llegó el gol de Ever Banega después de que Konoplyanka hiciese lo que quiso con la defensa visitante. Con Cristiano Ronaldo desaparecido en combate por segundo partido consecutivo, el Madrid se encomendó a Gareth Bale y a Isco, que acabó dejando su puesto por James Rodríguez debido a que nuevamente Benítez no se atrevió a cambiar al delantero luso. Fernando Llorente, en cambio, si que vería puerta de cabeza tras entrar por Inmobile. Con un Madrid inoperante y falto de idea, sólo apareció James Rodríguez en el último minuto para recortar y dejar el 3-2 final.