El registro de Philippe Coutinho al que el Barça debe prestar atención

La selección de Brasil puso fin a sus compromisos internacionales de septiembre con una goleada frente a El Salvador en Estados Unidos, en la que el FC Barcelona estuvo bien representado. Además de un Arthur que tuvo minutos de nuevo para ir adaptándose al equipo, quien también fue titular y disputó casi una hora de encuentro fue Philippe Coutinho, que volvió a dejar su huella en la 'canarinha'.

Partiendo desde el interior izquierdo, el carioca logró ser un peligro para la zaga rival con conducciones, pases y regates, además de volver a destacarse con otro gol. Cada vez que se acerca al área suenan las alarmas, y es que su claridad aumenta a medida que bajan los metros que le separan de la portería. Es un auténtico experto.

Con la conversión a centrocampista puro que pretenden aplicar los catalanes, Ernesto Valverde debería tomar nota de la progresión del crack, que ha explotado en los últimos meses en el aspecto realizador. Siempre había tenido cierta inclinación a buscar el remate, pero los resultados le están acompañando y sus cifras no son para nada despreciables.

En un año en el que combinó posiciones más atrasadas y más adelantadas, entre Barcelona y Liverpool contabilizó 22 tantos en 41 partidos, a los que hay que sumarle la diana al Deportivo Alavés en los cuatro encuentros de este curso y un puñado más con la elástica de la 'seleçao'. Sin ser un delantero nato, Coutinho tiene un peso importante en las estadísticas anotadoras de sus equipos, y ese es un aspecto que habría que procurar que se potencie.

Sistemas flexibles o un 4-2-3-1 para sacar lo mejor de Coutinho

A pesar de que está claro que el sistema no girará en torno a un jugador -más allá de Leo Messi-, el Barça haría bien en encajar a Coutinho en un estilo que le permita reforzar sus virtudes, que pueden ser muy beneficiosas a nivel colectivo. En una campaña en la que debe asumir parte de las responsabilidades de Andrés Iniesta en la zona de creación, no conviene restarle tanta libertad como para que pierda esta alegría que le caracteriza.

Formaciones muy flexibles como la de Brasil serían la clave para mejorar al carioca, que arranca como interior en un 4-3-3 que le permite pisar área con frecuencia, sabedor de que su puesto está bien resguardado. Otro planteamiento prometedor sería el 4-2-3-1, que permite a los culés encajar varias piezas en sus posiciones ideales, dando el equilibrio en la medular que se ha buscado en los últimos tiempos. Hay mucha variedad en el once, pero este tipo de talento, no se puede dejar de lado.