Revelan una guerra silenciosa en el Real Madrid por el futuro de Gareth Bale

El verano 2019 será muy ajetreado para el Real Madrid, que tiene mucho por mejorar si quiere levantarse de una temporada sin títulos. En el Santiago Bernabéu se han acumulados los errores en la planificación deportiva y ni siquiera los cambios en el banquillo han logrado revertir la delicada situación, lo que ha abierto la puerta a una contundente reforma en el vestuario.

La llegada de Zinedine Zidane ha servido para empezar a elaborar una lista de altas y bajas, que podría determinar cómo será la plantilla del año que viene. El marsellés ha traído varios deseos 'galácticos' que ha reclamado a Florentino Pérez y ha empezado la 'limpia' en la caseta, decidiendo qué jugadores serán los que sobrevivirán y cuáles los que no ve recuperables y acabarán haciendo las maletas.

Uno de los casos más complicados es el de Gareth Bale, que apunta a sentenciado y está en medio de una guerra silenciosa. Tanto el entrenador como el presidente han dejado claro que será una de las piezas que salte en la ventana estival, aunque la versión oficial del club es que no está a la venta y que no saldría por menos de 130 millones de euros a negociar por cualquier de sus pretendientes -está tasado en 70 y bajando-.

El problema es que al galés lo está echando la afición, que le pita partido sí, partido también porque se ha cansado de sus errores, de sus desconexiones y de la poca influencia colectiva de un futbolista que fue fichado como un crack. El técnico, desde luego, tampoco colabora, porque desde su regreso a la capital le ha condenado a un rol secundario que no ayuda demasiado si la intención es ponerle en el escaparate.

El máximo mandatario 'merengue' ha asumido que no puede tensar más la cuerda por el punta y busca un gran acuerdo para su traspaso, pocos meses después de contradecir a 'Zizou' asegurando su permanencia y sacrificando a un Cristiano Ronaldo que se había convertido en otra 'patata caliente' pese a encajar bastante mejor en términos futbolísticos. El de Madeira encontró su salida y su felicidad en Turín y el de Cardiff se quedó, lo que se ha confirmado como otro desastre serio en la planificación.

El agente de Gareth Bale asegura que se quiere quedar

En medio de todas estas presiones que le empujan hacia afuera, sorprendió que el agente de Bale dijera que es feliz y se quiere quedar, algo que abrió la puerta a una estrategia en dirección contraria cuando no hace tanto, el propio jugador dijo que si Zidane le consideraba suplente tendría que meditar con detenimiento sus intenciones de futuro en el Real Madrid.

Lo que queda claro es que el atacante va camino de convertirse en uno de los culebrones del verano, y que dadas las necesidades madridistas y lo que se pide por unos descartes que están lejos de su mejor nivel, podría no ser el único en Chamartín. Ahora toca esperar para comprobar si las gestiones de Florentino aseguran buenas ventas, o si las tensiones internas acaban cobrándose alguna víctima a la luz pública.