El valor extra de Arturo Vidal: Igual de motivado en un Clásico que en la Copa

Hace apenas unos días que Ernesto Valverde destacaba que tras la euforia de ganar a Sevilla, Inter de Milán y Real Madrid, el FC Barcelona no se podía despistar en la Copa del Rey. Costó horrores atinar en una fría noche en el Reino de León contra una Cultural Leonesa motivadísima, pero finalmente cayó otra victoria con mejores conclusiones que juego. Entre ellas, hay algunas cuestiones personales que toca reconocer.

Si los locales tenían ayer la ambición al límite, quien no se quedó corto fue Arturo Vidal, que se contagió de la imprecisión del equipo pero dio un recital de esfuerzo, compromiso y ganas. El de Santiago no estuvo brillante como prácticamente ninguno de los azulgrana -salvando a Clément Lenglet, Jasper Cillessen o Arthur- pero supo manejarse como ninguno en lo que tenía toda la pinta de partido trampa.

El centrocampista no necesitó volver a marcar para dejar buenas impresiones al míster y a los aficionados. Para empezar, le tocó asumir que todavía es un fijo en la segunda unidad del equipo, pero ni siquiera eso afectó a su voluntad de hacerlo bien. Ha jugado contra rivales de élite en Leverkusen, Turín o Múnich, pero el fútbol es fútbol sea de Primera o de Segunda División B. Cuando salta al campo, el chileno sólo entiende de ganar.

En León dispuso de 90 minutos en los que arrancó como interior y continuó como pivote, tras la desafortunada lesión de Sergi Samper. El técnico le asistió en la banda en algunos detalles tácticos, y él asintió con ganas de cumplir con su labor. Intentó equilibrar al equipo en defensa y repartir juego en ataque, distribuyendo el balón de lado a lado y atreviéndose incluso con algunos pases más arriesgados.

Es cierto que no fue la mejor actuación de su carrera, y que probablemente en las próximas semanas este quede como un compromiso más, pero lo que toca elogiar es que su tensión era la misma en el Clásico que en la Copa. En un panorama en el que se tiende a juzgar la calidad y el esfuerzo en función de los rivales, Arturo Vidal demuestra que el fútbol es fútbol, y que el verdadero privilegio es poderlo jugar.

Con rotaciones más equilibradas, el Barça mejorará

La mala imagen del Barça en el Reino de León se puede apartar a base de equilibrio, y de un rodaje que necesitan los que llevan más tiempo sin jugar. Con rotaciones más equilibradas o a medida que los menos habituales se ponga a tono, el ritmo de los culés irá en aumento, y también mejorará su juego. Esto podría suceder con algunos cambios más en LaLiga o con las próximas citas en la Copa, pero lo importante es que para el final de temporada sigan todos enchufados y motivados. Como Arturo Vidal.