Valverde pensó en Liga y Champions: Rotaciones y un once competitivo

El FC Barcelona quiere luchar por el triplete en la temporada 2018-19, y después de varios meses al máximo, ha pasado por un bache. Se acerca la fase definitiva de la temporada y los catalanes pretenden recuperar su mejor versión, algo que deberán lograr sin dejar de avanzar en las tres competiciones en juego. Este sábado, el obstáculo era el Real Valladolid.

Ernesto Valverde advirtió en la rueda de prensa previa que es un error mirar a lo que está por venir, pero actuó pensando a corto y medio plazo. Tras la cita con los pucelanos en el Camp Nou, en el calendario de los culés hay cuatro salidas -a Lyon (Champions), a Sevilla (Liga) y a Madrid (Copa del Rey y Liga)- que suponen una verdadera prueba de nivel.

Antes del estreno en las eliminatorias europeas, tocaba dar un empujón al liderato de LaLiga, tras dos tropiezos que han dado aire a los perseguidores. Los números señalan que los azulgrana no han hecho más que ampliar su ventaja, pero los empates contra Valencia y Athletic Club han rescatado a un Real Madrid que ya pelea la segunda plaza con el Atlético.

En estas circunstancias, el Txingurri no se metió en líos, y apostó por un once con rotaciones y compensado para la visita de los castellanoleoneses. Lo que se le ha reclamado en los últimos tiempos y la estrategia que puede dar vida a un Barça que parece ir al límite, y en el que mezclar a titulares indiscutibles con algunos miembros de la segunda unidad apunta a ser la mejor solución.

En defensa, Thomas Vermaelen fue la novedad para descargar a Clément Lenglet; en el centro del campo entraron Arturo Vidal y Carles Aleñá y descansó Ivan Rakitic, y en la delantera, Kevin-Prince Boateng relevó al exigido Luis Suárez y acompañó a los dos grandes agitadores de la ofensiva barcelonista, Leo Messi y Ousmane Dembélé, que necesitan coger ritmo después de algunos problemas físicos.

Al Barça le costó superar la muralla del Valladolid

Aunque no se puede decir que el rendimiento fuera malo, hay que destacar que al Barça le costó derribar la muralla del Real Valladolid, que no agobió demasiado a un adversario bien plantado sobre el terreno de juego pero sí le cerró las vías hacia la portería. Un penalti a Gerard Piqué al filo del descanso lo aprovechó Messi para abrir la lata, en un duelo en el que se notó que el argentino y Dembélé están recuperando sensaciones pero aún tienen margen de mejora.