El FC Barcelona salió escaldado del Parque de Los Príncipes contra el Paris Saint-Germain, pero la realidad es que el naufragio azulgrana no sólo fue fruto del talento y buen hacer de los de Unai Emery, sino que también intervino la mala suerte para impedir que el FC Barcelona se marchase de París con un resultado más o menos remontable de cara a la vuelta de octavos de final de Champions League.

Y es que, si echamos un repaso a lo sucedido durante el partido, veremos que el FC Barcelona pudo marcar dos goles en dos oportunidades muy claras a pesar de no haber llegado con claridad a la portería de Kevin Trapp durante los noventa minutos de juego.

En el minuto 27 de juego, cuando el FC Barcelona ya perdía por 1-0 por culpa del gol de falta directa de Ángel Di María, André Gomes erró un mano a mano clarísimo con Kevin Trapp, después de recibir un pase perfecto al contragolpe de un compañero.

El disparo del portugués, raso y centrado, fue ligeramente desviado por el guardameta alemán a córner, desperdiciando así el portugués una clara ocasión para que el FC Barcelona empatase momentáneamente el encuentro.

El Barça se clasificaría con un 2-0 en el Camp Nou

Paralelamente, en el minuto 83 de juego y con todo el pescado vendido, Samuel Umtiti pudo también marcar un gol que habría sido muy importante para afrontar con más seguridad el partido de vuelta. El zaguero francés se incorporó al ataque y remató de cabeza un balón que se estrelló en el palo, saliendo repelido de la portería de Kevin Trapp. Si esas dos ocasiones hubiesen entrado, con un 2-0 en el Camp Nou el Barça estaría en cuartos de Champions League. El fútbol, sin embargo, es a veces caprichoso.