El entrenador del Arsenal, Arsène Wenger, llevó a cabo unas declaraciones en rueda de prensa con las que intentó animar a la afición del Arsenal, muy desilusionada y también dividida tanto con el rumbo del equipo en este segundo tramo de temporada como con el propio Wenger, quien a día de hoy no tiene el puesto asegurado en el banquillo "gunner" de cara a la próxima temporada.El caso es que el técnico francés, justo después de que el Arsenal cayera eliminado en cuartos de final de Champions League contra el Watford, aseguró que este miércoles intentarán plantar "batalla" al FC Barcelona de Luis Enrique en el Camp Nou, haciendo todo lo posible por intentar "pasar la eliminatoria".

"Vamos a hacer lo posible y lo imposible para ganar esta eliminatoria ante el Barça. Lo que queremos es luchar con todas nuestras fuerzas. Estamos preparados para ir a Barcelona a presentar batalla y eso es lo que vamos a hacer", manifestó Wenger, en unas palabras que derrochan más voluntad que realismo. Y es que el Barça, que encadena 37 partidos consecutivos sin perder, tan sólo ha cedido un empate contra el Deportivo en el Camp Nou, y parece improbable que pierda contra un Arsenal desfigurado durante las últimas semanas.

El 0-2 de la ida, además, provoca que los "gunners" tengan que marcar más de un gol para intentar igualar las fuerzas en la eliminatoria, algo improbable pero que tampoco puede descartarse por completo. En la citada rueda de prensa, en cualquier caso, Wenger también aprovechó para mostrar su desconcierto con la derrota del Arsenal ante el Watford (1-2). 

"Ha sido un final triste para todo el bagaje que llevábamos en nuestro estadio. No entiendo cómo hemos podido perder y cómo no hemos anotado más goles. Es el típico partido ante un equipo batallador que ha sabido aprovechar muy bien las ocasiones. Nosotros no supimos hacerlo con las nuestras. Hay que mirar hacia adelante porque nos quedan otros retos", comentó. Desde luego, una posible goleada del FC Barcelona contra el Arsenal en el Camp Nou pondría todavía más contra las cuerdas a un Wenger cuestionado cada vez por más aficionados en Londres.