Ni el PSG ni Unai Emery han aprendido la lección del año pasado en el Camp Nou. Y Neymar, el gran héroe del 6-1, parece que se ha contagiado. Este miércoles contra el Real Madrid en la ida de octavos de final de la UEFA Champions League, el brasileño apenas maravilló con sus apariciones y, pese a que dejó detalles de calidad, se mostró totalmente desconectado del resto del equipo.

Su juego fue racheado y la falta de química con sus compañeros impidió que cuajara las mágicas paredes y combinaciones que le hacía brillar a su mejor nivel en el FC Barcelona, cuando estaba rodeado de jugadores como Leo Messi y Luis Suárez. Pero el PSG no es lo mismo, y tampoco la forma de jugar de un Emery que en la segunda parte se pegó un tiro en el pie con los cambios. 

Pero, poniendo de nuevo el foco en Neymar Jr, puede decirse que lo más destacado que realizó a lo largo del partido fue recibir una merecida tarjeta amarilla en el primer cuarto de hora de partido, por una dura patada a Nacho en una de sus clásicas rabietas a la hora de robar el balón.

Más allá de eso, y a pesar de que participó en el gol de Rabiot al dejar pasar el balón, la realidad es que la actuación del brasileño dejó mucho que desear y Cristiano Ronaldo le ganó la partida, con un 'doblete' afortunado, eso sí, para dejar claro que a 'Ney' todavía le faltan algunas sopas para estar a la altura de Cristiano y, sobre todo, de Leo Messi en los partidos grandes.

Neymar, entre la espada y la pared

Neymar estaba presente, pero completamente desaparecido. En mitad de esta contradicción se movió durante los noventa minutos, y el PSG lo pagó con creces. Si el brasileño no se pone las pilas en el partido de vuelta de la eliminatoria, en el Parque de Los Príncipes, quién sabe si podría irse en globo antes de lo previsto de París. Si además de sus continuas polémicas no es capaz de ofrecer un gran rendimiento... ¿Qué hace allí?