El FC Barcelona cayó derrotado en el Giuseppe Meazza (1-0) ante el Inter de Milan, en un compromiso que estuvo condicionado por polémicas arbitrales. Los italianos debieron sufrir la expulsión de Hakan Calhanoglu tras la violenta entrada en la tibia de Sergio Busquets, además de que Pol van Boekel, colegiado encargado del VAR, invalidó un gol de Pedri por una mano más que cuestionable de Ansu Fati. Sumado a ello, no pitó un penalti de Denzel Dumfries por una situación similar, lo que terminó inclinando la balanza a favor del equipo local.


Con todo esto sobre la mesa, el Barça evaluó la posibilidad de enviar una queja formal a los despachos de la UEFA para que el organismo tomara acciones al respecto. Sin embargo, todo quedó en el aire y el club prefirió abstenerse de cualquier denuncia para evitar darle más vueltas a un asunto que, probablemente, deba quedar en el pasado.

Así las cosas, a los azulgrana deberán probar el próximo miércoles 12 de octubre en el césped del Spotify Camp Nou que pueden ganarle a cualquier equipo a pesar de los errores arbitrales. Los partidos deben resolverse en la cancha y ese será el discurso que Xavi Hernández debe darle a sus jugadores, para que concreten un partido sólido que les permita seguir soñando por levantar una nueva 'Orejona'.