Afirmaba hace poco Arda Turan que no le quedaron lágrimas en su día que derramar cuando, en el minuto 93 de la final de la Champions League de 2014, Sergio Ramos remató un saque de esquina y empató la final ante el Atlético de Madrid. Los colchoneros acabaron hundidos tras el gol por el extenuante esfuerzo realizado durante todo el encuentro y acabaron sucumbiendo ante el eterno rival, el Real Madrid.

Una espina que se le clavó bien hondo en el corazón a un Arda que, una temporada después, acabaría expulsado en el último encuentro de la máxima competición continental que enfrentó a rojiblancos con merengues. Después de fichar por el Barça, y tras no poder jugar a causa de la sanción de la FIFA, el siete blaugrana cumplió su encuentro de sanción en la ida de octavos frente al Arsenal.

Es por todo ello que el centrocampista tenía muchas ganas de que llegara el dieciséis de marzo para poder volver a sentir la magia de la Champions, el himno y toda la parafernalia que antecede al silbato del colegiado, dando inicio a uno de los encuentros más maravillosos del planeta fútbol. Y hasta ahora el futbolista es el hombre talismán del conjunto azulgrana, pues todo partido que ha jugado con la blaugrana lo ha ganado.

Es por ello que su participación frente al Arsenal se esperaba como agua de mayo. Sobre el fatídico encuentro de Lisboa, recientemente afirmaba lo siguiente para "Ràdio Barcelona": "Lloré mucho cuando perdimos la final de la Champions contra el Madrid. No he vuelto a ver el final de ese partido. No sé si conmigo en el campo hubiéramos ganado. Siempre me he sentido un jugador importante, pero un equipo no es sólo un jugador. Tal vez si hubiera jugado yo, habría ido peor...". Sin lugar a dudas, motivación no le faltará al genio de Bayrampasa en esta comeptición.