Tremendo partido que se vivió en el Vicente Calderón este miércoles. Con un estadio engalanado para la cita y un ambiente que ya querrían otros equipos, los del "Cholo" Simeone salieron dispuestos a disputarle la pelota al mismísimo Bayern de Munich de Pep Guardiola. Y con ese descaro llegó el primer gol de Saúl Ñíguez en el primer tiempo. En el segundo periodo los alemanes trataron de empatar pero fueron superados por la fe de un equipo que pudo sentenciar la eliminatoria.

Todo en un partido de una tremenda exigencia física que se dio desde el minuto uno hasta el noventa. Desde el principio el Bayern trató de llevar la batuta del partido pero acabó cediendo a la presión de un sorprendente Atlético de Madrid. Augusto Fernández, Gabi y Saúl formaron un trivote mortal, donde le andaluz se descolgaba en ocasiones por la banda para peligro visitante.

En una de estas, y después de que Torres y Griezmann tuviesen sus ocasiones, Saúl se inventó el que podrá ser el gol de la temporada. El centrocampista recogió el esférico en el centro del campo, dribló a cuanto teutón se le cruzaba a su paso y batió a Manuel Neuer con un chut cruzado imposible para el cancerbero. Una auténtica obra de arte que ponía por delante a los de Simeone, ante el delirio de su hinchada.

Y los aficionados tuvieron gran culpa de esta victoria, pues no dejaron de animar y su aliento les llegó al corazón de los rojiblancos. Hasta el final de este primer tiempo pudo pasar de todo. Desde el dos a cero de Griezmann hasta el empate de Douglas Costa, pero el luminoso no se movió. Al volver de vestuarios, y esperando un dominio total de los de Pep, las cosas fueron bien distintas.

Los madrileños maniataron al centro del campo e hicieron inútil la arriesgada apuesta de Guardiola por Coman y Douglas en los extremos, pues apenas les llegaban balones. A quien sí le llegó un buen balón fue al ídolo local Fernando Torres. El "Niño" recogió el esférico en la frontal del área, se escoró a la derecha, recortó a Alaba y se sacó un derechazo de empeine que sobrepasó a Neuer pero acabó dando en el palo. Habría sido el broche perfecto para un equipo espectacular como el rojiblanco que acabó el partido con la pelota en sus pies. Los rojiblancos confiaron, creyeron e hicieron lo imposible. A falta del partido de vuelta en el Allianz Arena del próximo martes, ya tocan la final con la punta de los dedos.