El FC Barcelona consiguió derrotar al Liverpool en el Camp Nou en la ida de las semifinales de la Champions League sacando un grandísimo resultado (3-0) para afrontar el duelo de vuelta en Anfield. No obstante, la eliminatoria no está cerrada y sería un error quedarse con el resultado en un partido donde los ingleses estuvieron por encima en el juego.

En el coliseo 'red', espera una auténtica olla presión. La afición del Liverpool siempre anima hasta el final y presiona a los equipos rivales, que se suelen sentir intimidados por un escenario tan mítico y en el que es tan complicado ganar. Por ello, Ernesto Valverde deberá hacer ajustes contra los de Jurgen Klopp, que se crecen jugando en casa y que creen que todo es posible.

Los fallos que el Barcelona debe corregir

Ya lo dijo Leo Messi: el Barça no está acostumbrado a no tener el dominio de la pelota, y mucho menos a tener que correr tras él. El Liverpool consiguió ahogar a los culés, que no están diseñados para soportar la paliza física de perseguir a un rival superior en este aspecto. Para ello, en Anfield, el equipo azulgrana debe defenderse de la mejor forma que sabe: controlando la posesión.

Valverde apostó por Arturo Vidal en lugar de Arthur sabiendo el potencial físico del Liverpool, pero tal vez eso le dio al equipo inglés todavía más argumentos para encerrar al FC Barcelona dificultando su salida de balón. Naturalmente, los culés no están acostumbrados a defenderse y tuvieron lagunas defensivas que no se convirtieron en un susto exclusivamente por la falta de puntería 'red'.

Otro de los factores que el FC Barcelona no manejó bien fueron las acciones individuales de Mohamed Salah, que volvió locos a Jordi Alba y especialmente a Clément Lenglet. Todo el peligro del Liverpool llegó por la banda derecha merodeada por el egipcio, que hizo estragos, estuvo cerca de marcar y también de regalar algún que otro gol a sus compañeros.

Es cierto que para controlar al propio Salah o incluso a Sadio Mané, el FC Barcelona replegó más que de costumbre, pero lo de este miércoles tal vez fue pasarse. No presionar arriba y regalarle tantos metros al Liverpool acabó siendo contraproducente, ya que los dos rapidísimos puntas 'reds' acabaron encontrando huecos. Toca estudiar el duelo de ida para evitar sorpresas desagradables en la vuelta.