El Manchester United llegaba al partido contra el PSG sintiéndose favorito, pero a la hora de la verdad los de Solskjaer no dieron la talla y cayeron con estrépito en su propia casa. Los franceses fueron mucho mejores y controlaron el partido hasta el final. Kimpembe y Mbappé fueron los autores de los dos goles parisinos en Old Trafford.

Prácticamente ningún jugador del equipo inglés se salvó de la quema, pero hay un nombre que sobresalió (para mal) por encima del del resto: Paul Pogba. El centrocampista francés llegaba al choque en su mejor momento desde que llegó al Manchester United. Se sentía líder, estaba marcando goles, dando asistencias... y quería confirmar todo eso en un partido de categoría. Pero no pudo ser.

Pogba estuvo muy gris todo el encuentro y no se le vio prácticamente en los 89 minutos que estuvo sobre el césped. Y sí, fueron 87 porque el galo acabó expulsado por doble amarilla tras una innecesaria entrada a Dani Alves cuando el partido ya daba sus últimos coletazos.

Solo se reconoció al ex de la Juventus en una jugada en la primera mitad, en la que superó por velocidad y calidad a dos defensores franceses y estuvo cerca de dar el pase de la muerte en una jugada muy suya. Buffon acabó desbaratando la única jugada en la que Pogba pareció ser Pogba.

Pogba estuvo desdibujado todo el choque

El internacional francés es un verso libre. A pesar de jugar en el centro del campo, siempre se ha movido con total libertad por el terreno de juego y ante el PSG intentó hacerlo durante los primeros minutos. Pero en cuanto los franceses se adueñaron del juego y del balón, Pogba desapareció completamente.

El galo pareció una sombra que iba y venía al ritmo que marcaba el Paris Saint-Germain. Su partido no pudo acabar peor y con esa roja se perderá la vuelta de los octavos de final de Champions League en el Parque de los Príncipes. Si el United ya lo tenía casi imposible con Pogba, sin él se antoja una quimera que los de Solskjaer puedan remontar este 0-2 de la ida.