Esta vez, Cristiano Ronaldo no podrá quejarse de que no estaba en el terreno de juego cuando el equipo contrario empató. Pese a que el portugués y su entrenador, Zinedine Zidane, tiraron de "postureo" al darse la mano tras el gol de Cristiano al Borussia Dortmund -seguramente para silenciar a los medios de comunicación-, lo cierto es que la imagen del conjunto blanco no mejoró ni un ápice con respecto a la última semana y media.

Y es que, tras los empates cosechados ante Villarreal (1-1) y UD Las Palmas (2-2) en Liga Santander, esta vez fue el Borussia Dortmund la "abeja" que clavó su aguijón en la camiseta blanca. El Real Madrid volvió a jugar un partido gris en el que no dispuso de la posesión de balón y, en determinadas fases del juego, se vio completamente a merced del potencial ofensivo del conjunto rival.

El Borussia Dortmund, mediante Götze, Schurrle, Aubameyang y el lateral izquierdo Guerreiro, entre otros agentes secundarios, fluyó a buen ritmo en ataque pero se mostró demasiado endeble en defensa, concediendo un gol de Cristiano Ronaldo en los primeros minutos de juego y, en la segunda mitad, otro de Raphael Varane que también podría haberse evitado.

Zinedine Zidane se limitó a confiar en que la pólvora de su delantera acabara decantando la balanza hacia el Real Madrid, pero nuevamente no fue así por tercer partido consecutivo, lo que coloca a los blancos en un mini-bache que no le afecta demasiado en resultados ni clasificación en Liga ni Champions League, pero sí en estado de ánimo.

Un error de Keylor Navas permitió el empate a uno del Dortmund gracias a Aubameyang en la primera mitad, mientras que la segunda fue prácticamente un calco. El Real Madrid que se adelantaba mediante un disparo de Varane a bocajarro, y el empate final en el minuto 87 de André Schurrle con un potente trallazo que se coló por la escuadra. El partido acabó roto con presencia en las dos áreas, pero con ningún gol más. Ahora, al Real Madrid sólo le queda mejorar de cara a los próximos compromisos.