El FC Barcelona inició el partido contra el Valencia dominando la posesión del balón, y encerrando a los 'chés' en su propio campo. Era el guión que se esperaba de un Barça que, aunque controló a la perfección el partido durante la primera media hora de juego, no dispuso del 'punch' necesario como para hacer daño al equipo rival en el frente de ataque, con un Leo Messi demasiado solo.

Así las cosas, el Valencia se fue acomodando a la hora de defender y salió al contragolpe siempre que tuvo oportunidad. En su primera salida ya estuvo a punto de marcar Rodrigo, dado que Gerard Piqué salvó un gol bajo palos. Pero, en el minuto 22, sí llegó la diana de los 'chés'. Kevin Gameiro recibió un balón en la frontal del área, fruto de un desajuste defensivo de los culés.

El atacante francés no se lo pensó y se sacó de la chistera un disparo potente y a media altura, que sirvió para batir a Jasper Cillessen. Minuto 22 y el FC Barcelona por debajo en el marcador del Benito Villamarín, a pesar de que había estado dominando el juego hasta entonces.

Y es que los de Ernesto Valverde disponían de posesión estéril, sin capacidad para generar desequilibrios en una defensa 'ché' muy bien posicionada, sabiendo cuándo presionar y cuándo retroceder en cada momento. Con Coutinho y Sergi Roberto como acompañantes, Leo Messi no logró hacer daño a la portería de Jaume y el Valencia, cuando pudo, salió al contragolpe para coger al Barça desprevenido.

El FC Barcelona, una sangría en defensa

El pase de Gayá desde la banda izquierda dejó claro que, cuando Semedo y Jordi Alba suben demasiado su posición para atacar, cualquier pérdida de balón es más que peligrosa para los intereses culés. Gameiro estuvo muy fino en el disparo, aunque Cillessen no hizo amago de saltar para intentar desviar el esférico. Segundo gol de Gameiro en esta Copa del Rey 2018-19.

El FC Barcelona sigue con la tónica de la actual temporada: es una sangría atrás. Los de Valverde deberán recuperar la seguridad en defensa de cara a la próxima temporada 2019-20, si no desean caer antes de lo previsto de la pelea por los títulos.