El FC Barcelona ha repetido esta temporada el título de la regularidad, la Liga BBVA, y también el de la Copa del Rey, mostrando fases del curso en las que ha jugado mejor o peor, pero habiendo sabido resolver todos los problemas que se le han planteado a lo largo de los meses.

Y el gran secreto que ha hecho al Barça más fuerte física y mentalmente ha sido, sin lugar a dudas, lo bien que se llevan -y se conocen- todos los componentes de la plantilla, hasta el punto de tener algunos de ellos sus domicilios el uno cerca del otro.

Un compañerismo máximo que, además, deriva en amistad más allá de los terrenos de juego en la mayoría de los casos. Son muchos los jugadores, como Rakitic, Iniesta, Messi, Luis Suárez o Dani Alves, quienes han destacado en sus últimas declaraciones concedidas a los medios de comunicación el gran ambiente que se percibe en la plantilla. No sólo entre ellos, sino también con el cuerpo técnico de Luis Enrique.

La comunión es máxima, y entre todos están convencidos de que volverán a pisar pronto el acelerador para acumular una nueva serie de títulos consecutivos, dándolo todo de aquí a unos meses cuando empiece la nueva campaña. Porque saben que, habiendo cerrado el curso con Liga y Copa, han cuajado una excelente temporada que puede repetirse si todos continúan trabajando.

Son estrellas, pero también son humanos. Y la mayoría de ellos, amigos. Eso es lo que diferencia al Barça de muchos otros equipos, como el Real Madrid. Lo que para algunos -como Cristiano Ronaldo- es tratado como una mera relación profesional, para otros es algo más potente.

Un hermanamiento que converge en una pura sensación de equipo. De que la plantilla del Barça, unida, es capaz de volver a ganarlo todo al menor ajuste. Esta temporada la Champions League no pudo ser... Pero ya habrán más oportunidades.