El FC Barcelona se mide este jueves al Levante con la obligación de remontar en Copa del Rey, ya que quiere seguir en racha y meterse en cuartos de final. Los catalanes cayeron en el Ciutat de València (2-1) y tienen el marcador en contra, y no se fían de un adversario que aterriza en la Ciudad Condal dispuesto a seguir dando guerra. Esta será la primera final del año 2019.

Hace apenas unos días, Ernesto Valverde ya advertía de sus intenciones. "Nuestra intención es afrontar el partido de Copa para remontarlo. Seguramente hay quien pensará que si tiramos la Copa ganamos la Champions seguro, pero yo no", recalcó en rueda de prensa, en la que señaló que pondría los cinco sentidos en tratar de recuperar la ventaja y seguir avanzando hacia el título. No quiere descartar ninguno de los trofeos en juego.

Esto ha abierto la puerta a algunos cambios en la alineación, en la que ahora se debate entre colocar a más indiscutibles o a mantener la apuesta por la segunda unidad. En el encuentro de ida se dio un mal día a nivel colectivo y las cosas no funcionaron, pero tras rescatar un gol que puede valer su peso en oro, el técnico ya hizo borrón y cuenta nueva en LaLiga, en la que, por ejemplo, recuperó a un Philippe Coutinho que dejó mejores sensaciones.

El Txingurri no quiere desgastar a sus estrellas ni señalar a los menos habituales, y es por eso que podría haber una mezcla de ambos grupos. Las informaciones apuntan a que nombres como Jeison Murillo, que necesita seguir trabajando en su adaptación, Carles Aleñá, o alguno de los canteranos podrían volver a repetir en el once, pero arropados por algunos referentes habituales de los culés.

En este sentido, un factor clave sería contar con Leo Messi, el mejor jugador del mundo y letal en este tipo de compromisos -y realmente en cualquiera-. En la ida, al argentino le tocó descansar junto a Luis Suárez o a Gerard Piqué, pero ahora podrían estar, tanto de inicio como en el banquillo, para dar un paso al frente en caso de necesidad.

El Barça no pierde la esperanza en la Copa

Además de la indudable calidad de su plantilla, el Barça tiene motivos para la calma en la Copa, ya que en seis de los siete precedentes en estas circunstancias acabó pasando de ronda. Solamente el Athletic Club, tras un 2-1 en el partido de ida, le dejó fuera, y fue hace 89 años, en el torneo del 'KO' de la temporada 1930.

De hecho, cualquier victoria con la portería a cero le bastaría, un 2-1 se traduciría en prórroga y posible tanda de penaltis, y cualquier resultado con el Levante anotando dos o más dianas le obligaría a superar a los 'granota' por dos tantos de diferencia si quiere plantarse en cuartos de final. El objetivo es asumible, pero hay que certificarlo sobre el césped.