Lamine Yamal no pudo solo contra el Athletic Club y el FC Barcelona terminó cayendo en la prórroga contra un rival que desde el descanso fue bastante superior. Los culés tuvieron sus opciones, pero la sensación fue que los bilbaínos llegaron más, se lo creyeron más y se merecieron un poco más un triunfo que, no obstante, podría no haber sido tal si el joven extremo hispano-marroquí hubiese estado más acertado.

El '27' azulgrana fue sin duda el mejor atacante de su equipo y suyas fueron la mayoría de acciones peligrosas que generó el Barça. No obstante, no empezó demasiado bien, perdiendo la pelota que a la postre acabó significando el centro del que nacería tras una serie de rebotes el tempranero 1-0 Guruzeta. Por suerte, eso no afectó en absoluto a la 'joya' blaugrana, que se 'levantó' rápidamente.

En una de sus muchas intervenciones precisamente llegó su golazo, el 1-2. Tras un buen regate con el cuerpo para orientarse el balón en carrera, dejó atrás a su rival, realizó una gran conducción hacia su pierna zurda y acabó la jugada con un gran disparo raso y fuerte al segundo palo ante el que nada pudo hacer Aguirrezabala. Sublime tanto de la 'perla', recordando a los que tantas y tantas veces metió Leo Messi, su gran ídolo.

Dos fallos que 'deslucieron' su buen partido

Sin embargo, la que parecía que iba a ser la gran noche de Lamine se acabó convirtiendo en un mal sueño. El Athletic empató al poco de empezar la segunda parte, subiendo entonces su nivel de presión y de juego, ahogando mucho más al Barcelona. Fue así como llegó la contra que podría haber 'matado' las ilusiones de los 'leones' si Yamal hubiese estado más acertado. El canterano recibió un buen pase de Lewandowski y tras conducir solo hacia el portero terminó picándola demasiado a la derecha, lanzándola inexplicablemente fuera.

Ese claro error, sumado al cansancio acumulado, sí le afectó más al internacional absoluto español, que estuvo algo más impreciso en el tramo final del encuentro. Quizás por esa falta de 'aire' en todos los sentidos llegó su segundo fallo clamoroso en ataque. Después de una pérdida de Paredes en salida de pelota, el extremo se encontró de nuevo uno para uno ante el portero del Athletic y, tras recortarlo, ya sin nadie delante de él, la mandó por encima del larguero con su pierna derecha, llevándose las manos a la cabeza totalmente incrédulo. Era ya el minuto 85 y de haber marcado seguramente el Barça no habría ido a la prórroga y ahora mismo estaría celebrando el pase a las semifinales.