Luis Suárez marcó el tercer gol del FC Barcelona en la final de la Copa del Rey. El uruguayo no desaprovechó su jugada combinada junto a Leo Messi y tras plantarse sólo ante David Soria, no falló en la definición. El FC Barcelona estaba dando un auténtico recital ante el Sevilla en el primer tiempo y el marcador no era para nada engañoso.

Cuando Luis Suárez y Leo Messi consiguen conectar, es muy complicado pararles. El delantero uruguayo controló el balón en el centro del campo, se la dio al astro argentino e inmediatamente corrió para desmarcarse y buscar la espalda de la defensa sevillista. Leo Messi no falló en la asistencia y Suárez no falló delante del portero.

La jugada se coció a fuego rápido, aunque se inició desde la propia área azulgrana. El equipo de Ernesto Valverde supo acelerar en el momento justo para eludir a la defensa sevillista y la presión casi inexistente en el centro del campo. El Sevilla era un polvorín y el Barça entró a matar.

Defensa del Sevilla muy adelantada

No dejó de sorprender el planteamiento defensivo del Sevilla, con una zaga tremendamente adelantada que facilitó mucho el trabajo de los hombres de Ernesto Valverde, que están acostumbrados a encontrarse con equipos mucho más replegados y pegados a su propia portería.

A destacar el desastroso partido de Gabriel Mercado, que perdió la marca de Luis Suárez en los dos goles del delantero uruguayo, que le comió la tostada con bastante facilidad. El partido se estaba jugando al ritmo que marcaban los azulgranas en todo momento.

Luis Suárez, el matador

La final llevaba el nombre y el apellido de Luis Suárez. El delantero uruguayo estaba realizando uno de sus mejores partidos de la temporada, apareciendo en los momentos oportunos, ayudando a generar juego y apareciendo para definir las jugadas. El 'pistolero' volvió a demostrar lo importante que es cuando está en forma.