Malcom tuvo dos grandes aliados en la jugada del gol marcado este miércoles al Real Madrid. Por una parte estuvo Marcelo, que bajó caminando a defender al creer inicialmente que el ataque del Barça no llegaría a buen puerto; y, por la otra, estuvo un Sergio Ramos que podría haber despejado el disparo del brasileño si se hubiese estirado para cabecear, pero incomprensiblemente dejó pasar el balón.

Con toda probabilidad el de Camas creyó que el disparo de Malcom iba fuera. No calculó bien el espacio desde la misma línea de gol, y dejó pasar el balón levantando los brazos, para comprobar décimas de segundo después que efectivamente Malcom acababa de empatar el partido.

La mala 'praxis' defensiva de Ramos en la jugada del gol de Malcom le ha costado una buena cantidad de críticas a través de las redes sociales, por parte de madridistas que no entienden por qué se apartó y no intentó despejar el esférico, aunque es posible también que no hubiese llegado a tiempo para despejar el balón en el caso de haberlo intentado.

También le están lloviendo bromas y 'memes' al de Camas, algo lógico teniendo en cuenta el aburrimiento de ciertos usuarios a altas horas de la noche. La cuestión es que la cadena de errores del Real Madrid, unida a la puntería de Malcom al colocar el tiro con una gran precisión, permitieron que el FC Barcelona empatara la eliminatoria en el Camp Nou.

Buen resultado para el Real Madrid en el Camp Nou

El 1-1, en cualquier caso, es un buen resultado para el conjunto entrenado por Santiago Solari, que jugará en el Santiago Bernabéu a sabiendas de que tiene la eliminatoria de cara, y que necesitará impedir que el FC Barcelona vea portería a domicilio.

Máxima igualdad entre dos equipos que hace unos meses eran como el día y la noche, pero que con el paso del tiempo han igualado las fuerzas, al menos en este doble enfrentamiento de semifinales de Copa del Rey. El partido de este miércoles sirvió para que Malcom vuelva a ilusionar a la afición y se gane la confianza de Valverde, todo lo contrario que Coutinho, a quien una vez más se le vio apagado y, en ocasiones, desaparecido.