El controvertido Mateu Lahoz, posiblemente el colegiado más famoso de la Primera División española por sus decisiones polémicas y su "sigan, sigan" tan habitual ante jugadas que merecerían ser castigadas con falta, volvió a ser el gran protagonista del Real Madrid-Sevilla de octavos de final de Copa del Rey 2016-17, al favorecer claramente al conjunto entrenado por Zinedine Zidane.

Dejando de lado varias jugadas polémicas que analizaremos a continuación, cabe destacar que a Mateu le costó dar aire al silbato cuando los jugadores del Sevilla eran derribados cerca del área del Real Madrid, pero en cambio lo usó con soltura en las jugadas beneficiosas para los blancos.

Tampoco nos centraremos en el "show" de tarjetas amarillas por protestar del árbitro valenciano a jugadores del Sevilla -y también a algunos del Real Madrid-, poniendo atención el colegiado mucho más en lo extradeportivo que en los elementos del juego.

Eso sí, hay que explicar cómo Mateu, con algunas decisiones sorprendentes, se cargó prácticamente la eliminatoria de octavos entre Sevilla y Real Madrid, permitiendo que los de Zidane tengan ya pie y medio en cuartos de final. Todo empezó con el segundo gol del Real Madrid, obra de Raphael Varane de cabeza a la salida de un córner.

Las dos guindas de Mateu a su vergonzosa actuación

Mateu Lahoz no se percató de que en dicha jugada se produjo una falta de Morata sobre Mercado, por lo que el gol de Varane no debería haber subido al marcador. Tampoco debería haber pitado Lahoz el injusto penalti que supuso el tercer gol en contra del cuadro hispalense. James Rodríguez fue quien empujó a su compañero Luka Modric, que cayó dentro del área del Sevilla.

Mateu, para sorpresa de todos los presentes, picó en el anzuelo y señaló una pena máxima que fue transformada por el mismo James Rodríguez para sentenciar la contienda, mermando luego el colegiado a diversos jugadores del Sevilla al enseñarles la cartulina amarilla por protestar. En definitiva, una actuación bochornosa contra la que de nada sirvieron las protestas de Jorge Sampaoli y los suyos.