Gales regresó a la Copa del Mundo 64 años después y lo hizo con una sonrisa gracias a su capitán y emblema, Gareth Bale. El ex delantero del Real Madrid salvó el empate para los británicos con un penalti en el minuto 82 que hizo justicia en el marcador tras la reacción de los de Rob Page en el complemento. Estados Unidos fue superior durante la primera hora de juego, pero el 1-1 dejó un sabor amargo en los norteamericanos.

La selección de 'las barras y las estrellas' impuso condiciones en la primera parte, dominando el mediocampo gracias a la presión ejercida por Weston McKennie, Yunus Musah y Tyler Adams. Por las bandas, Cristian Pulisic y Timothy Weah hicieron mucho daño a la línea de tres centrales de Gales y el delantero del Lille puso a los de Gregg Berhalter en ventaja tras culminar una gran jugada colectiva en el minuto 36.

Pulisic rompió la zaga galesa con un pase filtrado y Weah definió con la punta del botín ante la salida de Wayne Hennessey. El tanto hizo que Rob Page enviara a Kieffer Moore en lugar de Daniel James tras el descanso y los 'dragones rojos' reaccionaron en la segunda parte. El dominio estadounidense se fue disipando con el pasar de los minutos y la pelota parada comenzó a hacerle daño a los norteamericanos.

Ben Davies y Kieffer Moore avisaron con dos acciones claras, este último cabeceando alto a bocajarro un balón que parecía gol cantado. En el 82', Bale controló un balón en el área y Walker Zimmerman le derribó en su afán por evitar el remate del capitán. El '11' tomó el balón y fusiló a Matt Turner con un potente remate cruzado que hizo inútil la estirada del portero. En el tramo final, Gales fue más, pero el empate acabó siendo justo.

El panorama del Grupo B se complica

Con el empate entre estadounidenses y galeses, ambos quedan con un punto detrás de Inglaterra. Los 'tres leones' aplastaron a Irán a primera hora (6-2) y apuntan a quedarse con el liderato del Grupo B sin sobresaltos. El viernes, los ingleses se verán las caras con Estados Unidos en Jor, mientras que Gales hará lo propio ante los iraníes, nuevamente en Al Rayyan, un estadio que Gareth Bale, seguramente, recordará con mucho cariño tras su retiro.