Croacia no es Corea del Sur. Lo croatas no se prestaron para el espectáculo de Brasil en los cuartos de final de la Copa del Mundo. Los ‘cracks’ brasileños quedaron lejos de su mejor versión, o al menos de los demostraron ante el equipo asiático en los octavos de final el pasado lunes, que en media hora ya caían por goleada. 

De hecho Josip Juranovic, lateral croata, hizo ver mal a Vinicius en temas de velocidad en varias oportunidades y terminó enviando al banquillo al atacante en el minuto 60. Modric, Brozovic y Kovacic hicieron pesar su experiencia en Mundiales y todos sus minutos juntos ante una selección brasileña que necesitó empezar el segundo tiempo para poder empezar a encontrar caminos.

Tite apostó por repetir el once titular, pero no consideró que su rival viene de ser subcampeón del mundo. Paquetá pesó muy poco durante los 90 minutos, lo mismo Raphinha, que fue el primer cambio del técnico cuando recién comenzaba la segunda mitad. El azulgrana se quedó sin entrar en partido, salvo una ocasión que casi terminó en autogol de Gvardiol. 

Brasil tenía su mejor generación de talento desde 2006 probablemente. Neymar llegaba más maduro, pero fue incapaz de tomar la responsabilidad de tomar el primer penalti de la tanda, dejando el peso para un inexperto Rodrygo en estas situaciones. Tampoco lo hizo en el penalti que podía significar la eliminación de su equipo y optó por ver como Marquinhos, un central, iba e intentaba mantener vivo al equipo pentacampeón del torneo. 

Muy lejos de ser el mejor

Con el adiós de Tite ya confirmado, Brasil no mostró ser el equipo candidato al título de la Copa. Ney se inventó un gol en el 105, pero 12 minutos después llegaría el empate. Tite parece que no trabajó con sus jugadores que en situaciones como esas hay que entregarse totalmente en defensa y no permitirse quedar mal parados en la fracción 117 de partido. 

La falta de conexión de los cuatro atacantes, independientemente de los nombres, mostraron un equipo común y corriente. Croacia se reconoció en desventaja en el segundo tiempo y desde ahí intentó defenderse y llegar a su territorio preferido: el tiempo extra. Se repitió el guión ante Japón y Luka Modric y los suyos han dejado al baile de las estrellas brasileñas sin nada en las manos.