El Mundial de Catar no ha escapado de la polémica en ningún momento desde su arranque el pasado domingo 20 de noviembre. Las rigurosas normativas que ha implantado el gobierno catarí en los visitantes de otros países han sido el día a día de la prensa por sus constantes prohibiciones y amenazas, algo que ha recalado directamente en la FIFA por la decisión de nombrarles como sede hace varios años.

A ellas se le suman todos los conflictos que ha habido con la comunidad LGBTI, una de las más afectadas por la cultura en Medio Oriente. De hecho, tanto a la selección de Alemania como la de Inglaterra se les prohibió usar sus brazaletes en muestra de apoyo, ya que habrían sanciones contra ellos que podrían afectar su desempeño en la competición.

Sin embargo, uno de los bochornos que está causando revuelo es la 'compra' de aficionados en los partidos de la selección local. Así lo ha desvelado el diario 'The New York Times', afirmando que Catar le habría pagado a hinchas de diferentes países para que portaran los colores del equipo local en los primeros tres compromisos de la fase de grupos.

En total serían cerca de 1.500 aficionados de Egipto, Argelia, Libano y Siria los que conformarían esta barra de animación, teniendo todos los gastos pagos a cambio de apoyo incondicional en cada partido. Los migrantes habrían viajado en avión a mediados de octubre con alojamiento gratuito, alimentos y entradas para cada uno de los partidos, todo con el motivo previo de aprenderse cada uno de los cánticos y el himno nacional de Catar.

No causó el mayor impacto

No obstante, a pesar de que la información sea totalmente verídica, lo cierto es que no ha influido en el desempeño del conjunto local. Los asiáticos están matemáticamente eliminados y no podrán estar en la ronda de octavos de final, por lo que todo el movimiento para hacer 'bulto' solo formó parte del espectáculo 'perfecto' que busca presentar Catar ante el mundo.