El Barcelona se juega mañana mucho más que una simple clasificación a cuartos de final de Europa League. Vencer al Galatasaray lejos del Camp Nou significa una cantidad de ingresos que, lejos de ser los de la Champions League, funcionan para seguir aumentando poco a poco el capital en las arcas de la institución.

Ya el conjunto blaugrana ingresó un poco más de un millón de euros por acceder a los octavos de final tras dejar al Napoli en el camino. Si este jueves logran superar al cuadro turco, el premio será de 1.8 millones por llegar a los cuartos. A estos montos se les debe agregar los 630.000 euros por partido ganado, más 210.000 por empatar. Después de la igualdad en la ida, los de Xavi Hernández están obligados a ganar nuevamente como visitantes.

De alcanzar las semifinales, el monto ascendería que a los 2.8 'kilos', y de lograr la final el 18 de mayo en Sevilla, 4.6 más. Si los culés se coronan campeones, el premio sería de 4 millones para un total acumulativo que roza los 15 millones de euros. Una cifra que, pese a estar lejos de los que se percibe en el máximo torneo a nivel de clubes, es un ingreso importante para la institución

Aunque el entrenador ya ha dejado claro en rueda de prensa que extraña la melodía de la Champions, lo cierto es que su presente pasa por conseguir su pase a la siguiente fase. LaLiga todavía está muy lejos, y parece que un milagro sería lo único que permitiría a los culés poder alzar el campeonato liguero al final de temporada. Sumado a ello, levantar la Europa League asegura un puesto en la Supecopa de Europa, donde 'chocaría' con el máximo campeón europeo y se llevaría, solo por ser finalista, 3.5 millones de euros más otro par de salir vencedor.

La Copa que falta

Dejando lo económico en un segundo plano, cumplir el objetivo colocaría en la vitrinas del Camp Nou un título que el Barça nunca había conseguido en su historia. Además, daría un golpe de ánimo en la moral de un club que ha sufrido constantes derrotas a nivel internacional, y que también ha sido testigo de una debacle que lo ha llevado de la cima a rozar la ruina.