El fútbol, a veces, no hay ni que intentar entenderlo. A pesar de que el Sevilla ha firmado una temporada muy irregular en la que, de hecho, ha estado en zona de descenso en Liga, se han conseguido colar en las semifinales de la Europa League una vez más, después de una gran exhibición ante el Manchester United, con goleada incluida. 

El cuadro de Erik ten Hag se presentaba como el equipo más temible en la competición europea, sobre todo porque dejó en el camino de manera contundente al FC Barcelona (play-offs) y Real Betis (octavos). Sin embargo, en cuartos de final se topó con un Sevilla que por 'algo' es el rey de la Europa League y que ya está encaminado para ganar su séptima copa. 

Golpe de autoridad en Nervión 

No es casualidad el idilio del Sevilla en la Europa League y, ahora, están a las puertas de una nueva final. Lo han conseguido de manera casi heróica, sobre todo por lo que pasó en Old Trafford cuando el Manchester United tenía una ventaja de 2-0 en el marcador y dejó casi 'KO' a los sevillanos. Casi. Porque el conjunto de Mendilibar se aprovechó de los errores, creyó hasta el final y se marchó de Inglaterra con un empate más que válido. 

En el Sánchez Pizjuán ha sido otra cosa, una nueva historia y, sobre todo, una auténtica exhibición. Porque después del error de Harry Maguire que derivó en el 1-0 de En-Nesyri, el United dimitió del partido y se quedó viendo cómo los locales mostraron su mejor versión para meterse en unas nuevas 'semis'. 

Golpe tras golpe al United

La historia comenzó temprano, a los ocho minutos, cuando Maguire propició una mala cesión atrás que cazó Lamela. El balón terminó en las botas de un En-Nesyri que finalizó a la perfección en un mano a mano contra David de Gea, con un remate ajustado al palo corto. Antes del descanso, Ocampos había aumentado la ventaja, pero un fuera de juego de Acuña invalidó la jugada... Aunque la alegría y esperanza no duró mucho para los ingleses. 

Saliendo del vestuario, prácticamente, Ivan Rakitic cobró un córner a la llegada de un Badé que terminó golpeando al larguero para que el balón se colase en la portería. La sentencia definitiva llegó a diez minutos para el final con un error de De Gea, quien falló en su despeje y regaló el balón para que En-Nesyri, como el más listo de la clase, rematara de primeras y pusiera el 3-0.