El fútbol se ha convertido en un deporte global, ya que aglutina a millones de seguidores en todos los rincones del planeta. Esta situación empuja a que los clubes más importantes potencien su alcance internacional, algo que afecta directamente al FC Barcelona.
El conjunto azulgrana es uno de los equipos con más presencia del continente europeo, pero este reconocimiento se ha extrapolado con una enorme rapidez a otras regiones. Además, el impulso del fútbol en zonas como Estados Unidos, Asia u Oriente Medio incita a remodelaciones profundas dentro del club para asumir los nuevos retos de este deporte.
El Camp Nou como elemento diferenciador
El primer factor es totalmente interno y se puede observar con precisión en la remodelación del Camp Nou. El estadio es el más grande de España, pero también uno de los más icónicos del continente europeo y sus obras pretenden colocar a la vanguardia del ocio y el entretenimiento.
La idea del Barça es diversificar su modelo de negocio, donde el deporte sea el epicentro y este terreno de juego pueda reconvertirse para acoger cualquier tipo de espectáculo. Este estilo proviene de Estados Unidos y ha supuesto un éxito rotundo para distintas franquicias de la NFL, la NBA o la MSL, así que genera muchas expectativas entre los aficionados.
Un calendario que no para de crecer
El segundo factor es externo y tiene que ver con un calendario cada vez más exigente a nivel internacional. Además, todo ello en un ambiente de competitividad total, donde la exigencia se ha multiplicado exponencialmente con el crecimiento de equipos tanto a nivel nacional como continental.
El auge del Girona FC es uno de los casos más notables que se muestra en todos los partidos de la Liga y sus apuestas deportivas, pero la Real Sociedad, el Real Betis o el Villarreal CF han dado pasos importantes en estos últimos años. Por supuesto, él Barça se mantiene como favorito a todo, pero esta hegemonía empieza a suponer un esfuerzo extra durante la temporada regular.
El caso europeo es todavía más llamativo, debido a un nuevo modelo de negocio que impera en este deporte y convierte a ciertos clubs en auténticas potencias económicas. El Manchester City, el Paris Saint-Germain o el Newcastle United son los casos más claros, pero esta tendencia irá en aumento.
Esto se traduce inevitablemente en unos torneos más ambiciosos y en un aumento de partidos que afecta directamente al rendimiento de las plantillas. Por ejemplo, la próxima edición de la Champions League aumentará el número de participantes, transformará su fase de grupos y apostará por un modelo donde primen los enfrentamientos entre clubes de primer nivel.
Finalmente, no podemos pasar por alto las giras de pretemporada, que han dejado a un lado la planificación deportiva para convertirse en giras de un gran impacto mediático. La situación del Barça en este aspecto es privilegiada, pero requiere de trabajo constante por parte de una plantilla que ve reducido al mínimo su descanso.
El nuevo Mundial de Clubes en el horizonte
El tercer factor tiene que ver con la ambición deportiva, algo que siempre ha sido una de las señas diferenciadoras del conjunto azulgrana. La Ciudad Condal quiere ampliar su vitrina de trofeos de forma constante y proyectos como el nuevo Mundial de Clubes enlazan a la perfección con este componente internacional.
El torneo pasará a disputarse cada cuatro años y contará con la participación de los 32 mejores equipos del mundo, repartidos por confederaciones. El Barça todavía no se ha ganado el billete para la primera edición de 2025, pero mira con ambición una cita que también potenciaría su crecimiento global en el plano deportivo y económico.