El FC Barcelona decidió este pasado verano iniciar un proyecto nuevo de la mano de Ronald Koeman. El holandés firmó por dos temporadas, aunque su futuro dependerá de lo que decida el nuevo presidente. Pero pase lo que pase en las elecciones, el técnico trabaja con la idea de estar en el Camp Nou al menos dos años, y las decisiones que está tomando están siendo las mejores para el club tanto a corto como a largo plazo.

El neerlandés está apostando por varias jóvenes promesas y no le ha temblado el pulso a la hora de poner a un recién llegado como Pedri, que ni siquiera ha cumplido los 18 años, o a Ansu Fati, al que ha convertido en un indiscutible. Además, también le ha dado más galones a Frenkie de Jong, está contando con Francisco Trincao y le está dando muchas oportunidades a Sergiño Dest, que apenas tiene 19 años.

Apostar por gente tan joven y darles importancia tiene muchos pros, como la ilusión que genera y lo mucho que van a mejorar esos futbolistas de cara al futuro. No obstante, también hay contras y algunos de ellos se están viendo en este inicio de temporada. El Barça es a día de hoy un equipo en construcción, con todo lo que eso supone, algo que le ha hecho perder ya 10 puntos en Liga, donde suma 8 de los 18 que ha disputado.

Los azulgrana están sufriendo mucho en la transición defensiva, están dejando muchísimos espacios y en demasiadas ocasiones están espesos con la pelota. Pero ese es el precio de crear un equipo nuevo, con varios futbolistas recién llegados y con otros que están adquiriendo automatismos distintos a los que tuvieron la temporada pasada. De Jong, Antoine Griezmann o incluso Leo Messi forman parte de este grupo y tienen que adaptarse al 4-2-3-1 de Koeman y a lo que les pide el de Zaandam.

No está decidido si Koeman llevará la transición hasta el final

Ahora, la nueva Junta Directiva y la propio afición del Barcelona tiene que decidir si apostar por el ex seleccionador de Holanda o seguir cambiando en busca de otro técnico que pueda hacer esta transición. Hay partidarios de tener paciencia con Ronald, darle confianza, seguir viendo como se desarrollan los jóvenes y, con el paso de los partidos, poder crear ese gran Barça que todo el barcelonismo desea ver.

Otros, por el contrario, podrían no querer que el holandés sea el encargado de dirigir este nuevo proyecto si no gana más partidos. Por desgracia, el resultadismo en un momento como este, debería pasar a un segundo plano. No es fácil hacer esta transición y requiere de tranquilidad y paciencia, algo que en un equipo tan grande como el Barça no se suele tener. Habrá que ver si partidos como el de Turín o los fogonazos de Ansu, Pedri y Dest acaban imponiéndose a la frustración que supone llevar 8 de 18 puntos en Liga...